Varias compañías estadounidenses han lanzado un curioso modelo de negocio con un público objetivo muy concreto: los presidiarios. En EE.UU. hay más de dos millones de personas entre rejas, así que no parece ninguna locura apuntar a este segmento.
Empresas como Friends Beyond the Wall y Point of View Photography ofrecen a los reclusos sus servicios de retoque fotográfico para situarles en una isla desierta, un paisaje de ensueño o una gran fiesta en una lujosa mansión, lo que para muchos está constituyendo una vía de escape a su cruda realidad del día a día. Además, no sólo apuntan a la necesidad de liberar sus mentes (aunque sólo sea con una foto colgada en la pared), sino que ofrecen a sus hijos una forma de poder enseñar a sus amigos una foto de papá o mamá en un entorno mucho más agradable y con unas vestimentas menos “sol y sombra”. Y todo esto por un precio que va de los 5 a los 15 dólares.
No son pocos los que se han lanzado a criticar a las compañías que ofrecen estos servicios. Unos argumentan que los presos deben sufrir en las cárceles, y otros que se juega con sus esperanzas, pero ¿no se está cubriendo una necesidad que no hace daño a nadie? Una cosa es que estés privado de tu libertad, y otra muy diferente que no puedas tener tu pequeño recito de desahogo… aunque sea con una fotografía en la pared. Pero el tema no se queda aquí, ¿qué pasaría si la tecnología de realidad virtual se desarrollase lo suficiente para permitir de una forma muy real que alguien estuviera viviendo una vida normal con su familia desde dentro de una prisión? Con sólo un ordenador, una conexión a Internet, unas gafas y unos guantes podría conseguirse un gran porcentaje de libertad desde una celda, y es que la tecnología nos hace más libres y más esclavos… pero considerando todo lo que se puede hacer ahora desde un cuarto ¿acabarán por legislar estas tecnologías liberadoras en las prisiones?
Via | ABC