Antes que nada, pido perdón por el espantoso juego de palabras que da título a esta entrada, pero no he podido resisitirme a asimilar BRIC con BRICK (ladrillo). Y es que, en el fondo, eso es lo que supone para las economías occidentales este conjunto de países: un ladrillo que nos cae del cielo, directo a nuestras cabezas.
BRIC es el acrónimo que se ha dado en utilizar en el mundo financiero para referirse a Brasil, Rusia, India y China: cuatro de las economías con un mayor potencial a medio (¿corto?) plazo y que estarán entre los líderes mundiales a mediados de este siglo. El término fue acuñado por Dominic Wilson y Roopa Purushothaman, economistas de Goldman Sachs, en un informe elaborado hace un par de años, y desde entonces está alcanzando cada vez una mayor notoriedad. Los directivos de las empresas, según confirma un estudio elaborado por PriceWaterhouseCoopers en la reciente cumbre de Davos, están convencidos de que la importancia de los países BRIC va a ser determinante en un futuro próximo, y entre sus planes está el realizar actividades económicas en ellos en al menos el 71% de los casos.
En principio, parece que China es el país más atractivo, seguido de la India. Rusia y Brasil aún no están tan bien considerados, pero a buen seguro que no tardarán en explotar si son capaces de evitar nuevas crisis macroeconómicas.
¿Seremos capaces, en otros lugares del globo, de proteger nuestras economías frente a estas amenazas? ¿Estamos en condiciones de aprovechar las oportunidades que puedan derivarse del crecimiento de estas áreas geográficas?
Yo, si me permitís la licencia, lo dudo bastante. El "ladrillazo" nos va a hacer una buena brecha.
Vía | Good news for couch potatoes Más información | Clarín Más información | Estudio de Goldman Sachs sobre las economías BRIC (pdf)