El dólar se encuentra en mínimos de 20 meses, situándose el tipo de cambio del euro en 1,33 dólares, cerca del máximo histórico de 1,36 dólares de 2004. Este tipo de cambio influye claramente sobre la economía de EEUU: por un lado las exportaciones son más baratas, lo cual es bueno para sus empresas, pero las importaciones son más caras, con lo que aparece un riesgo inflacionista.
Pero, ¿cómo nos afecta a nosotros? Una parte positiva del asunto es que el petróleo se compra en dólares, y cuanto más barata esté dicha moneda, más barata nos sale la energía. Por otro lado con un euro fuerte es más fácil atraer capital extranjero, ya que si la tendencia sigue siendo con un dólar a la baja, los capitales en dólares se reducen, mientras que los que están en euros se revalorizan (aunque es cierto que el tipo de interés del dólar es superior al del euro, con lo que este efecto en cierta manera se compensa).
Pero en cambio para nuestras empresas las exportaciones a EEUU salen más caras. Y no sólo hacia EEUU, sino para países que tienen su moneda ligada a la americana o disponen de muchas divisas americanas.
¿Estamos ante el final de la caída del dólar? Algunos expertos avanzan que sí, ya los países que les interesa que haya un dólar fuerte, como China, Taiwan, India o Corea, que tienen sus monedas ligadas a la americana, van a intervenir en el mercado comprando dólares con sus divisas nacionales.
Vía | El Economista En El Blog Salmón | EEUU