La tecnología RFID consiste en unos pequeños chips (llamados tags o etiquetas) que pueden ser leidos a una cierta distancia con la ayuda de una antena emisora / receptora. Es la tecnología que se emplea, por ejemplo, para detectar hurtos en los centros comerciales (los productos llevan el tag y, al pasar por las antenas de la puerta, es detectado) pero también en otras muchísimas aplicaciones como logística, control de accesos, identificación de animales, eventos deportivos e incluso para controlar rebaños de animales, a los que alojan un pequeño tag encapsulado en el estómago.
La Caixa será la primera entidad financiera española en incorporar tecnología RFID a sus tarjetas de crédito. Esto permitirá a los usuarios que sus tarjetas sean leidas con solo pasarlas por un lector (una superficie plana, por ejemplo), sin necesidad de entregarlas al dependiente para que sea él el que realice la transacción. Pero ¿es realmente esto más seguro?
En mi humilde opinión y en la menos humilde de la revista Wired, no, no sólo no es más seguro sino que abre muchas más puertas a la clonación de tarjetas. ¿Qué impediría a alguien con la equipación adecuada, que además es fácilmente adquirible dadas las múltplies aplicaciones de esta tecnología, colocarse en la calle tranquilamente e ir leyendo las tarjetas de todos los transeuntes para luego utilizar los números de serie fraudulentamente?
Si las entidades quieren que prospere esta tecnología tendrán que invertir en una seguridad muy elevada, posiblemente con sistemas de claves publica / privada de forma que la simple obtención de una de las partes (la tarjeta) no se suficiente para completar las transacciones, y por otra parte tendrán que invertir también considerablemente en convencer a los usuarios de que dicha seguridad es real. En caso contrario, tendrán que pasar muchos años hasta que los usuarios adopten dicha tecnología.
Vía | Expansión Más información | Barrapunto, Kriptopolis, The Guardian