Estos días está en marcha en Madrid una huelga en el sector público sanitario. Protestan los sindicatos contra la externalización de algunos servicios de la sanidad; dicen que es la "única opción contra una política cuyo objetivo es la mercantilización de la Sanidad" y que "ésta es una huelga de la sociedad por la permanente agresión a los trabajadores". Retórica sindicalista de la mejor.
Pero lo cierto es que, tratando de profundizar en la noticia, uno ve que los médicos no van a secundar la huelga; las medidas contra las que está planteada esta huelga no están orientadas a que la atención pública se realice por el sector privado, sino a externalizar la gestión de determinados servicios accesorios como el catering, la limpieza o las labores administrativas. Y yo me pregunto, ¿qué hay de malo en que estos servicios los preste una empresa externa, con criterios de gestión privados? Digo "de malo" para los usuarios de la sanidad. De todos es sabido que no me gusta el modelo funcionarial: creo que supone establecer una "casta" con privilegios que no están al alcance del resto de los trabajadores y que además, con su característica esencial del "empleo asegurado hagas lo que hagas" (y también, "aunque no lo hagas"), supone una barrera insalvable para la aplicación de criterios de gestión eficientes.
Hombre, yo entiendo la postura de los empleados públicos afectados: ven afectado su status-quo, y si hace falta bloquear el centro de Madrid un 14 de diciembre (no quiero ni pensar cómo se va a poner aquello), pues se bloquea. También entiendo que los sindicatos abanderen la propuesta; al fin y al cabo, entre los funcionarios tienen uno de sus principales viveros de apoyos (y ya se sabe que los sindicatos se mueven en defensa de los intereses de los trabajadores... pero no de cualquiera, claro). Pero me gustaría que en su retórica empezaran a quitarme a mí de la ecuación: "una huelga de la sociedad" no, es una huelga para defender un status-quo. Como todas las huelgas, se hacen únicamente para defender intereses egoistas.