Jean Claude Trichet, presidente del Banco Central Europeo (BCE) y nacional francés, acaba de pronunciarse, una vez más, sobre el sector laboral, que hay que continuar con la moderación salarial.
Poco después del discurso de Ségolène Royal, la candidata socialista a la presidencia francesa, que acaba de elaborar su visión de cien puntos para resolver los problemas de Francia, parece que uno más de sus compatriotas está llamando al rigor económico.
Por otra parte, Trichet reitera que no necesita más encuentros con miembros de la Comisión Europea como ha sugerido el comisario de Asuntos Económicos de la UE, Joaquín Almunia, o con jefes de gobierno, como ya hemos comentado en estas páginas.
Como cambian las cosas. Cuando se fundó la BCE, el gobierno francés sólo accedió a ceder los derechos del banco central francés, controlado por los políticos, porque pensaba que, de esta forma, el banco central alemán, el Bundesbank, que por su fuerza controlaba la política monetaria europea, haría lo mismo y sus poderes sobre la política monetaria europea se trasladaría a nivel europeo. El siguiente paso sería que el gobierno francés colocara a uno de los suyos como presidente del BCE y, voilà, control francés sobre la política monetaria europea.
Tardaron en colocar a su representante como presidente de la BCE pero lo consiguieron con Jean Claude Trichet, en anterior presidente del banco central francés.
El problema es que Trichet se tomó en serio la constitución del BCE y al Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que empezó a funcionar en 1997 y que fue una parte clave del acuerdo que llevó a la introducción del euro y a la formación del BCE. Trichet tomó en serio especialmente la parte que decía que era independiente y que los políticos no podían controlar las deliberaciones y las decisiones del BCE.
Jean Claude Trichet continúa manteniéndose fuerte, afortunadamente para la batalla en contra de la inflación y a favor del empleo y del crecimiento real y sostenible.
Vía | hoyInversión En El Blog Salmón | Trichet vs Juncker y Jean-Claude Trichet se mantiene fuerte