La revista National Geographic ha publicado este mes un interesante artículo sobre el crecimiento de las ciudades chinas. En el artículo se analiza el crecimiento de la ciudad de Lishui, una ciudad situada en Zhejiang, una región china bastante próspera. China esta sufriendo un importante proceso de urbanización en los últimos años debido a su crecimiento económico. Este crecimiento ha sido especialmente notable en el Pearl River Delta (alrededor de Hong-Kong y Macao) y en el Yangtze River Delta (alrededor de Shangai).
Lo más llamativo del artículo no es el crecimiento de las ciudades chinas, sino el relato que ocupa la mayor parte. Se cuenta como una fábrica es planificada en tan sólo una hora y cuatro minutos, una fábrica con tres plantas, 2000 metros cuadrados y unos 20 trabajadores. En dos meses la maquinaria se consiguió ajustar y funcionar correctamente. Seleccionar a los obreros les costó tan solo uno o dos días. Los temas de imagen se solucionaron pagándole unos 600€ a un publicista que les proporcionó logotipo, muestrarios, página Web (la he intentado localizar, pero no lo he conseguido) y tarjetas de visita. El mayor freno con el que se encuentra esta fábrica son los dictámenes de un experto de Feng Shui, que indica las fechas en las que la fábrica debe ser inaugurada. Lo que caracteriza a esta empresa es la velocidad. La velocidad no sólo afecta a esta empresa, sino a toda China. Un país que crece al 9% es un país donde se trabaja día y noche, donde las decisiones se toman en poco tiempo. Uno de los motivos por los que los fundadores de la empresa se esforzaron tanto era que pretendían ser los primeros en Lishui en fabricar su sencillo producto: anillas de sujetador. En la revista también aparece una secuencia de fotos en los que se ve como en tan sólo un año se construyen apartamentos para clases medias.
Por otro lado esta velocidad a la hora de hacer negocios provoca que los productos sean de mala calidad y baja tecnología. A esta empresa no tardarán en salirle competidores que produzcan los mismo, aunque ser el primero no tiene porqué ser malo.
Vía | National Geographic Magazine (en inglés), el artículo aparece traducido en la edición impresa. Más Información | Chino Chano