Para los que lleguen tarde a la historia: allá por la protohistoria de la banda ancha en España el gobierno se dio cuenta de que la situación dominante de Telefónica, obtenida por haber sido un monopolio subvencionado por el estado durante décadas y propietaria de la única planta exterior de cable existente, condicionaba seriamente la aparición de nuevos operadores, la competencia y, consecuentemente, la bajada de precios y proliferación y mejora de los servicios. Así que se optó por una solución que ya se había puesto en marcha en otros paises: obligar a Telefónica a ceder, a un precio determinado, la planta de cables telefónicos al resto de operadores que quisieran operar servicios de banda ancha. Las modalidades eran dos: o bien el nuevo operador "desengachaba" el cable de la central de telefónica y lo enganchaba a sus equipos (modalidad conocida como "unbundling" o bucle desagregado, y que requiere de serias inversiones por parte del operador ya que debe llegar por sus propios medios hasta cada central de telefónica e instalar allí sus equipos) o bien telefónica se encargaba de dar el servicio de forma física pero entregaba el tráfico generado al operador entrante en determinados puntos de intercambio, modalidad conocida como "acceso indirecto" y que posibilita que el nuevo operador ofrezca servicios de forma casi instantanea en todo el territorio. La CMT estableció los precios máximos que Telefónica podía solicitar por estos servicios en la llamada Oferta de Bucle de Abonado u OBA.
Pues bien, varios años después de esto (corría el año 2001, si no me fallan las cuentas) la CMT acaba de sancionar a Telefónica por abuso de posición dominante en el mercado Español, y lo hace con una multa histórica de 152 millones de euros, que hasta a Telefónica le hacen pupa. Y claro, a más de uno se le ha quedado cara de tonto: ¿Como van a multarnos si yo me he limitado a hacer lo que me dijo la CMT? Y es que los precios pactados en la OBA (y digo pactados porque se negociaron con Telefónica, que baje quien sea y me demuestre lo contrario) eran excesivamente altos, no permitiendo a los operadores entrantes ofrecer productos competitivos sin que los márgenes de beneficio fueran exiguos. Eso hizo que muchos de los operadores que aparecieron en un primer momento se retirasen del mercado en cuanto empezaron a ver que, ofertando al precio de Telefónica o un poco más bajo, no les cuadraban las cuentas. Al final han quedado tres o cuatro de los más grandes, como Jazztel, y encima muchos han sido adquiridos o re-absorbidos por las macro-operadores, como ha ocurrido con Ya.com y Wanadoo. Y como siempre en este mercado, al final nos quedamos con sota, caballo y rey.
Pero en mi humilde opinión no le falta algo de razón a Telefónica: ellos no han vulnerado en ningún momento los dictados de la CMT en lo que respecta a los precios del servicio descrito en la OBA. No así en otros aspectos como el celo con el que respondían a las peticiones de los demás operadores, aspectos que fueron recurridos por Jazztel y a los que ha dado la razón la justicia, aunque la multa fue de sólo 695.000 euros, una bagatela para Telefónica.
Y en medio de toda esta historia, la CMT reacciona como los "buenos" políticos: negarlo todo y aferrarse al asiento. Nadie ha anunciado dimisiones ni ha entonado el mea culpa, nada de "nos equivocamos" o "se podría haber hecho mejor". De hecho, como la mejor defensa es un buen ataque, se plantean apelar a la Comisión Europea por considerar que esta sentencia les desautoriza. Para mi que se han desautorizado ellos solos, pero en fin...
Vía | Reuters En El Blog Salmón |