Antes del pasado jueves casi todo el mundo daba por descontado que el BCE subiría los tipos de interés en septiembre hasta el 4,25%, pero ahora las cosas han cambiado. Uno de los argumentos que se esgrimían para dicha subida de tipos es que había una excesiva liquidez en la Eurozona y que por ello la inflación tenía un riesgo de dispararse.
Pero en la última semana el BCE está inyectando liquidez ante la escasez de ella. ¿No es un argumento contradictorio? Si hay poca liquidez en el mercado subir los tipos no es una buena estrategia, ya que puede llevarnos a problemas financieros más serios de los que estamos viviendo. Pero este análisis es algo incompleto.
La escasez de liquidez está siendo algo engañosa. Liquidez hay, y en abundancia, pero se han creado dudas y los bancos no quieren soltarla. Es decir, hay escasez no porque el BCE esté vendiendo activos para disminuir la masa monetaria, ni porque los créditos sean muy caros, sino porque los bancos no quieren prestar el dinero a otros bancos. Ha habido una crisis de confianza en el sistema financiero, ya que hay bancos que tienen inversiones en créditos basura americanos que puede que no sean solventes. Si un banco le presta dinero a otro corre el riesgo de que este último quiebre y no reciba el dinero de vuelta.
Realmente no está pasando algo tan exagerado, ya que lo que ha pasado es que los tipos de interés de préstamo entre bancos han aumentado de un 4% a un 4,7%, es decir, todavía hay quien presta, pero lo hace a unos tipos más altos de los oficiales. Por eso el BCE ha inyectado liquidez, pero a muy corto plazo (de uno a tres días) y pidiendo como garantías activos como los créditos basura, para dar una sensación de confianza al resto del mundo.
Es decir, realmente la situación de alta liquidez sigue estando ahí, lo que ha hecho el BCE es demostrar que confía en el sistema financiero, ajustar los problemas que ha habido y evitar que los bancos vendan los activos más líquidos que tienen para obtener dinero contante y sonante (es decir, las acciones, lo que hubiera desplomado las bolsas).
Pero los riesgos inflacionistas siguen ahí, no se han desvanecido, los tipos tienen que subir. Eso sí, hay otros factores preocupantes, como por ejemplo que el crecimiento de la Eurozona no ha sido tan bueno como el esperado, y esto sí que puede posponer los planes del BCE. De todas formas, si ahora se echan atrás y no suben los tipos podría ser interpretado como que el problema que ha sucedido es más grave de lo que se dice y podría cundir el pánico. Y eso no es bueno.
Vía | El Economista En El Blog Salmón | La inyección de liquidez puede ser contraproducente