La seguridad laboral es un aspecto relevante, y ya hemos hablado no hace mucho de ella. Lo cierto es que, cuando se habla de seguridad laboral y de siniestrabilidad laboral, se tiende a cargar las tintas contra "los empresarios" (por no proporcionar medios a los empleados, o no darles la formación adecuada, etc.) pero yo siempre he defendido que en la seguridad laboral hay dos partes, empresario y empleados, y que hay determinadas actitudes por parte de los empleados que son las primeras en suponer un peligro para su integridad.
Ahora, el sindicato UGT (nada sospechoso de inventarse cosas en contra de los trabajadores) publica un dato escalofriante: más del 27% de los empleados de los sectores de la construcción, el metal, la madera y los materiales de contrucción reconocen haber ido a trabajar bajo los efectos del cannabis en el último año. Y un 10% después de haber consumido alcohol. Nos encontramos aquí con unas cifras verdaderamente alarmantes. Y más si tenemos en cuenta que se trata de trabajadores que "reconocen" voluntariamente el hecho (¿cuántos habrá que no lo hayan hecho?) y que sólo se dan datos del cannabis y del alcohol, a saber cuáles son los datos relacionados con otras drogas.
Cualquiera que haya consumido alcoholo o cannabis conoce los efectos que tiene sobre el cuerpo y sobre la mente. Parece claro que ponerse a los mandos de maquinaria industrial o subirse a una determinada altura no es lo más compatible con esos efectos.
La seguridad laboral empieza con uno mismo. Y en muchas ocasiones no es una cuestión ni de recursos ni de formación, sino de sentido común.
Foto | Wiros