La parálisis por análisis.

La parálisis por análisis.
4 comentarios
HOY SE HABLA DE

Nunca se me olvidará la primera vez que oí hablar de este término. Un responsable de área de una gran empresa me explicó el peligro de llegar a la parálisis por análisis. "Mira IC, nunca vas a tener todos los datos, toda la información para decidir. Siempre cabrá la posibilidad de pedir más, de informarse más. Y con ello seguramente irás eliminando el grado de riesgo, de incertidumbre. Pero como te digo es un proceso sin fin. Y llegado un punto de nada te servirá tomar esa decisión al no hacerlo en un tiempo óptimo." Me quedó claro que no basta con tomar las decisiones correctas, hay que tomarlas del modo más rápido posible. Sobre todo en estos tiempos que vivimos. Aún recuerdo como Cruyff justificaba que lo que diferenciaba a un gran jugador de un buen jugador era la rapidez en la ejecución, con lo que se adelantaba a la defensa. En estos últimos meses he visto en la Blogosfera varias referencias a este termino. En junio, Tochismochis, en CreativeMinds, hablaba de este fenómeno, desde la perspectiva del mundo del software, de la consultoría, de la gestión de proyectos, etc...Su post, como proveedor que padece esta situación, le servía para criticar los modelos de gestión que fomentaban esta fenomenología, muchos tan en boga como los de inspiración japonesa de organización en Z. Parecía que la gran empresa, o al menos la más avanzada, era victima de una indigestión de management (léase a la hispana,manallemen). Pocos meses después, en Territorio Creativo, vuelve a salir el termino. Juan Luís, hablando de lo suyo, del Marketing, afirma que las pequeñas empresas padecen este tipo de parálisis cuando tiene que afrontar la planificación y gestión de su Marketing. La realidad que acaban contemplando se les hace dura, se resisten a admitirla. Es un proceso doloroso.

El caso es que se habla de casos similares, en entornos y áreas muy distintas. Y es que, volviendo al principio del post, no crea que sea un problema de un sector concreto, de un tamaño de empresa concreto, de un modelo organizacional concreto. Es un problema de las personas. A las personas nos cuesta decidir, nos cuesta enfrentarnos a los problemas, nos cuesta asumir riesgos. Y por mucho que algunos jefes piensen lo contrario, no somos tontos. Nuestra mente es ágil y cobarde y busca escapatorias. La cuestión es quedarse en nuestra zona de confort, que no nos molesten. Y ahí nos encontramos con la parálisis por análisis. Me sugestiono a mi mismo de que hago lo correcto, de que el análisis es fundamental para tomar la decisión adecuada, y me hago trampas al solitario demandando más y más información para evitar tomar la decisión. Esta parálisis surge de nuestro propio inconsciente. Creo que es inevitable, y que lo mejor es ser conscientes de ello, para en cuanto la detectemos, luchar contra ella.

Y para acabar un consejo. No se puede eliminar totalmente el riesgo (no sería bueno ni sano, además). Nuestra función es gestionar la incertidumbre.

Foto | Pixelsior

PD: Perdón por el rollo filosófico. A unos les da por jugar a la lotería. A otros nos da por divagar.

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Comentarios cerrados
    • Gracias a vosotros por enriquecerlo.

    • A mi me ha dado por quejarme de los grandesa almacenes… ¡Felices Fiestas! Vaya panda estamos hechos… :-D

    • Creo que en los 50, la RAND enfocó el problema de los combates aéreos desde el punto de vista de los juegos de suma cero. Son el tipo de juegos en primer lugar abordó la Teoría de Juegos de Von Neumann y Morgenstern. La conclusión era que quien disparaba primero era más probable que fallase; que si se tardaba más en disparar, la probabilidad de acierto era mayor, pero también aumentaba la probabilidad de recibir un disparo. Supongo que se trata de la misma situación.

      Gracias por el Blog!

    • http://ariadnayelhilo.blogspot.com/

      Cada vez que escalas un problema a tu superior inmediato, planteando las diferentes opciones posibles, sus costes y sus consecuencias de forma que éste pueda tomar una decisión, invariablemente te ocurre lo mismo: en vez de optar por uno de los escenarios, el jefe te solicita información adicional. Todos los datos, informes y gráficos resultan ser insuficientes. ¿Te suena, verdad?

      En multitud de ocasiones, pedir información adicional no es sino una estratagema para retrasar la toma de una decisión.

      Sin embargo ¿tomar el camino correcto depende de la cantidad de información de que dispongamos o en realidad de nuestra habilidad para procesarla? Esa es la pregunta que Malcolm Gladwell intenta responder en su pequeña joya literaria: “Blink: the power of thinking without thinking”

      En su libro, Gladwell explora el funcionamiento de las rápidas decisiones tomadas por instinto. ¿Por qué damos más valor a decisiones tomadas conscientemente que a aquellas en las que nos valemos de nuestra experiencia, de esas mariposas que revolotean en nuestro estómago diciendo “no, eso no tiene buena pinta”?

      Los ejemplos analizados van desde la identificación de copias artísticas, a la predicción del futuro de una pareja basada en una somera observación de su conversación, a las citas a ciegas, a las entrevistas de trabajo, a la identificación de futuros éxitos de ventas musicales,…

      ¿Se puede entrenar de alguna forma ese “sexto sentido” de forma que las primeras impresiones sean más y más fiables? Gladwell apuesta que sí. Y realiza una defensa de la espontaneidad. Un análisis pormenorizado de determinados asuntos hará que “los árboles no nos dejen ver el bosque”.

      Pero no todo es blanco y negro. A menudo la utilización de una mezcla entre el análisis y el instinto es la clave. Como por

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