El gobierno ha aprobado el fin del impuesto del patrimonio, junto con los famosos 400 euros. De momento en temas fiscales el gobierno está cumpliendo sus promesas. Esperemos que lo siga haciendo durante el resto de la legislatura.
El impuesto sobre el patrimonio es un impuesto un tanto incómodo de justificar, al fin y al cabo se trata de un impuesto que afecta a aquellos bienes que ya han sido gravados. Además puede suponer una carga fiscal muy fuerte sobre los beneficios.
Pongamos el caso de un impuesto sobre el patrimonio del 1% y un 20% sobre los rendimientos del capital (actualmente ese impuesto está en el 18%, por lo que no es muy exagerado suponerlo del 20% para facilitar el ejemplo). Si nos encontramos con un rendimiento de nuestro patrimonio del 5%, mediante ambos impuestos estaremos pagando el 40% de los beneficios. Si los rendimientos no fueran tan buenos y se ganara tan sólo un 2%, ¡pagaríamos el 70% de los beneficios en impuestos! ¿Cuál es el motivo de este tipo de impuestos? En concreto pueden ser muy útiles para hacienda a la hora de controlar las rentas de las personas físicas. Si alguien paga el impuesto del patrimonio por diez viviendas que tienen sin alquilar, tal vez algunas de esas viviendas estén alquiladas bajo cuerda.
El impuesto sobre el patrimonio estaba cedido a las comunidades autónomas. Espero que no haya demasiadas quejas. Hay dinero en juego, pero se lleva hablando de suprimir este impuesto desde hace años.
Imagen de la residencia de la Duquesa de Alba, creo que esta medida fiscal le va a reducir su carga fiscal.
