Hace bastante tiempo que saqué mis conclusiones los grandes cambios que ha traído Internet a algunos sectores. Yo pensaba que los sectores que más han cambiado eran la banca, las agencias de viajes y la búsqueda de empleo. Sin embargo hay un sector que se ha visto afectado brutalmente y que a veces no se menciona (o quizá no en voz alta): el del porno.
Y no sólo porque el canal de distribución haya cambiado, eso también ha sucedido (o está sucediendo, porque la industria se resiste) con la música, sino porque el producto en sí es ahora completamente diferente.
Si el porno era antes de Internet un producto que se adquiría en videoclubs y a cambio de un alquiler o venta se obtenía una película de una duración similar a la de una película convencional y rodada de una forma profesional. En cambio ahora proliferan las webs donde la gente sube sus propios vídeos porno, rodados en casa, y los publica de forma completamente gratuita.
Esto ha impactado a la industria de una forma muy dura. Y es que realmente para ver porno no hace falta tragarse hora y media, con un vídeo corto es suficiente. Y si es una situación real, sin una fantasía estrambótica creada por un guionista con poco margen de maniobra, mejor.
Así que la industria se está reconvirtiendo. Ya no viven exclusivamente de la venta de los DVDs sino de crear sitios web donde los usuarios suben sus vídeos pero donde también existen contenidos de pago profesionales para el Una más de las muchas que quedan.
(Uf, qué difícil ha sido escribir esto en un tono serio, eso de juntar las palabras "profesional" y "porno" es que me da la risa)