Es hora de hacer balance del cheque bebé, ya que se implantó hace un año, y el resultado es que el gasto se ha ajustado milimétricamente a las previsiones. El cheque bebé ha costado 1.000 millones de euros, lo que ha influido en el déficit en el que hemos entrado este año. El número de solicitudes ha ascendido a 400.000, mientras que el Gobierno estimaba unas 450.000 al año.
Este capítulo representa un gran gasto del Estado, o más bien, devolución fiscal, pero creo que ha sido una idea muy positiva. Las devoluciones fiscales enfocadas a un sector de la población con un problema concreto son una buena idea, y en este caso tener un hijo desde luego añade unos gastos a las familias muy importantes. Los 2.500 euros ayudan a superar el momento, aunque seguro que vuelan con mucha rapidez.
Si comparamos este gasto con los posiblemente 6.000 millones de euros que ha costado la devolución de los 400 euros, creo que esta merecía mucho más la pena. Además, la ayuda de los 2.500 euros es universal, lo cobran todas las personas aunque los ingresos sean bajos, mientras que la de los 400 euros sólo la cobran los que pagan al menos 400 euros de impuestos al año, por lo que las rentas bajas se quedan fuera.
Vía | El País Foto | David Lacarta