La verdadera realidad de la crisis financiera termina siendo no la que afecta a las instituciones, sino al pequeño inversor que ni pincha ni corta en este jaleo institucional, y que termina siendo apartado del epicentro sísmico. Al final, al pequeño inversor, no le queda más remedio que promulgar su queja en grito, tratando de hacer ruido para que les escuchen y puedan hacer defensa de sus intereses. Ahora disponen de las herramientas de los medios sociales para alzar su voz, recoger toda las noticias que aparezcan, informar de la verdad y conocer a todos los afectados por la quiebra del banco Lehman Brothers.
En España, los afectados del hundimiento del banco de inversión están en los productos que empresas españolas como Banif tenían en Lehman, y que una mala práctica comercial del banco, consistente en no avisar del riesgo que se corría al venderles productos emitidos no garantizados por el banco quebrado. Esta acción motivó el descalabro económico de sus clientes. Es decir, no compartieron toda la información y sacaron provecho de ello hasta que estalló la crisis.
Para quejarse han abierto el blog de afectados por Banif-Lehman donde los implicados y los medios vayan poniéndose al día, y una red social, Unidos para que Banif responda, donde ponerse nombre y cara, y realizar las acciones necesarias para que la empresa del Banco Santander responda en primera persona. ¿Qué demuestra todo esto? La dimensión de los que realmente terminan siendo los principales perjudicados: los pequeños inversores sin poder político.