Esta viñeta, incluida en la serie sobre la crisis de Manel Fontdevilla en Público, explica perfectamente la sensación que uno está recogiendo sobre la crisis. Estamos ante el trailer de la película que está por venir. Uno mira la sección de economía de un diario como El País, y las noticias en vez de permitirnos respirar y coger aire, siguen dando datos que lo único que consiguen es que agachemos la cabeza. Vale que ahora el gobierno nos ha garantizado la liquidez, el dinero que uno tiene en el banco, ¿pero eso es suficiente? Sigue sin verse luz.
Zapatero nos da ayuda y nos pide consumo, o que consumamos todos, si no se puede directamente hacerlo indirectamente, para revertir las ayudas dadas al sistema. Sin embargo, cualquier persona, incluso sin conocimientos de economía, sabe que lo que pide el cuerpo es austeridad, y ahorrar para sobrevivir lo mejor posible eso peor que puede llegar.
Volviendo con las ideas que nos mostraba el vídeo con la explicación a la crisis que colgamos en el fin de semana, resulta que teníamos aquí a Leopoldo Abadía, de quien habíamos comentado su proyecto de diccionario económico, que a base de reflexionar sobre las noticias que leía en prensa, ha desarrollado la teoría de la crisis financiera Ninja, que conviene leer y continúa actualizando.
Esta visión ninja, me hace confirmar que no sólo estamos ante el trailer de la película, sino que los avisos fueron varios, en forma de teaser trailers de todos los colores posibles (del estilo de cuando J.J. Abrams lanzó su promoción sobre la película del monstruo que destruía Nueva York, suministrándolos con cuentagotas, pero contando cada vez un poco más).
Hoy, Buenafuente ha puesto en el lugar que se debía a Leopoldo Abadía, sino lo estaba ya. Ha vuelto a dar una explicación clara de lo que es el Ninja, y para que todos la entendiésemos. Más que escuchar ideas salvadoras, la gente de a pie necesita que les expliquen por qué ha pasado todo esto. La historia sirve para que los errores no se vuelvan a cometer. En cambio, uno tiene la sensación de que no aprendemos.
Vía | Merodeando