He dejado claro en este blog que la actuación del Presidente del Banco de Italia, Antonio Fazio, ha sido nefasta y que debería dimitir por sus intervenciones en contra de bancos extranjeros (incluso europeos) y por las ayudas privilegiadas a sus amiguetes, incluso está siendo investigado por los jueces de su país. No obstante, resulta desagradable ver a los políticos italianos aprovecharse para criticarle y metiendo la política donde no debe estar. Lo que deberían hacer todos es llegar a un acuerdo de reestructuración del Banco de Italia para que esta entidad se limite sólo a labores exclusivamente de banco central, dejar sus otras actividades en manos de otros reguladores y, además, limitar el periodo de su Presidente, por ejemplo, a diez años. Este periodo sería más que las legislaturas políticas y alejaría el puesto del calendario político pero, por lo menos, no sería de por vida. Puestos vitalicios se deberían eliminar en todas partes. Adicionalmente, deberían reforzar la protección en contra de la intervención política en el banco central. Estos cambios, que los tendría que aceptar Fazio, serían posibles si le dieran una salida elegante a su situación de crisis, incluyendo manteniéndole en su puesto.
Ahora estamos en el peor de las situaciones, un presidente herido pero vitalicio y una intromisión política descarada. Lo que pasó en Washington este fin de semana con el nuevo Ministro de Finanzas italiano Giulio Tremonti ridiculizando al Presidente de su banco central, donde casi ni se hablaban en las reuniones ministeriales, fue vergonzoso y un país importante, como es Italia, no debe permitir que esta situación continúe.
Vía | BBC Mundo En El Blog Salmón | Italia y el político con principios