Si hay malas noticias en Alemania, son malas noticias para toda Europa. La caída en picada del comercio mundial tiene en el pais de Angela Merkel, a la gran víctima europea. Norbert Walter, el economista jefe Deutsche Bank ha señalado que las antiguas previsiones pesimistas eran en verdad bastante optimistas al compararlas con las expectativas actuales donde lo peor aún está por venir.
Para Norbert Walter, lo mínimo es esperar unos 5 millones de nuevos desempleados de aquí al próximo invierno, con una cima en el año 2010 y un posible giro hacia la primavera del año 2011. Una cosa es que se comience a recuperar la actividad económica, pero otra es aliviar el drama del empleo. Tras las crisis, el desempleo tarda en revertirse largos períodos de tiempo y volver a la situación inicial puede tomar de 4 a 8 años. Muchos países nunca lograron recuperar el nivel de empleo previo a la crisis asiática (1997) y fueron alcanzados por la crisis subprime de diez años más tarde.
Esta situación es la que está llevando a Alemania a sincerar los datos de su crecimiento en torno a -6,5% para este año y de 0% para el próximo, lo que demuestra que aún no hay salida de este largo túnel. Juicio que comparte el vicepresidente de la Comisión Europea de la Industria, Gunter Verheugen: “No creo que lo peor de la crisis esté ya detrás de nosotros. En cualquier caso, estamos lejos aún de la luz al final del túnel”.
La crisis de liquidez y el endeudamiento de las empresas sigue siendo el gran problema. Esto demuestra que los bancos europeos estaban mucho más comprometidos con los activos tóxicos que los bancos estadounidenses. Y como siempre ocurre con los problemas de liquidez, cuanto más se alarga la crisis, más difícil resulta la salida. Esta situación complica especialmente a las pequeñas y medianas empresas. Más de un tercio tiene dificultades de pago.
Por esta razón, Verheugen apela a una solución europea para garantizar la seguridad del sector bancario. De ahí la prioridad por las pruebas de estrés a ese sector. Pero la lentitud de movimientos sorprende. Tal como la desinformación general donde se pretende hacer creer que lo peor ya pasó. En concreto, los bancos europeos no han querido ordenar sus balances y a juicio de Hans-Peter Keitel, presidente de la BDI (Bundesverband Deutschen Industrie), teme que “los mercados financieros hayan vuelto a abrir el juego de casino”.
Estas razones son las que exigen una transformación estructural a todo el sistema financiero. Tal como lo han expresado algunos mandatarios, el sistema financiero debe estar al servicio del emprendimiento, la creación y toda la actividad de la economía real, alejado de las actividades especulativas y los juegos de casino. El objetivo del sistema financiero es apoyar a la industria (porque es la que genera empleo) y no destruirla como lo ha hecho. Recuperarlo para esa tarea es la prioridad para allanar una salida a la crisis.
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