Ya en enero advertíamos que En España se librará la batalla final por el destino del euro, que luego confirmamos tras el rescate a Portugal, cuestionando si los mercados ¿Creerán que España es inmune al contagio?. Pues muy bien: ya lo sabemos. Ese momento ha llegado y ésta, al parecer, será una semana clave tras el anuncio formulado anoche por el Banco Central Europeo, que comprará bonos a gran escala de los gobiernos de Italia y España para detener el desarrollo de la crisis en Europa.
¿Logrará el BCE su objetivo? ¿Será esta operación un muro de contención para la actual crisis en curso? ¿Servirá, aquello que no ha servido ni en Grecia, ni en Portugal ni en Irlanda, para los casos de España e Italia? Para nada. La operación del BCE sólo será equivalente a eso de echar más leña al fuego, y no amortiguará la pandemia global que vive el sistema.
La crisis del sistema financiero que se vive a ambos a lados del Atlántico no se puede resolver con medidas de parche y con planes que sin bien pueden ser pan para hoy, significan hambre profunda para mañana. Nada se saca con inyectar adrenalina a un enfermo terminal, como lo es el sistema financiero. En lo que se equivocan los lideres europeos es en que esta no es una crisis de liquidez, sino una crisis de deuda, y de una deuda que crece y crece en forma monstruosa e imparable sin que nadie le ponga atajo.
Mientras la deuda es lo único que crece, todo lo demás se desploma: los índices de producción, el empleo, el intercambio comercial, las compras y ventas del mundo real. Todo se va a pique, mientras la deuda sigue creciendo. Hasta que no se tome en cuenta este punto y se deje de inyectar dinero (adrenalina) a un sistema financiero moribundo, y se haga algo auténtico por la economía real, esta crisis seguirá en expansión, como el big-bang. Y la única manera de controlar este big bang es destruyendo el agujero negro de las finanzas globales que se lo devoró todo.
Tras la rebaja de Standard & Poors a la calidad de la deuda de Estados Unidos, que lo llevó a perder la triple A, como nos contó Javier en la madrugada del sábado, los mercados han reaccionado con una alta cuota de nerviosismo. Tal como señala el diario El País, las bolsas que abrieron ayer domingo, como son las de Israel, Bangladesh, Emiratos Árabes, Quatar y Oman, cerraron con importantes caídas. Y ha sido la tónica en la apertura de las bolsas asiáticas esta madrugada: el índice de Tokio perdía el 1,5% y el de Seúl el 6% a media jornada. Por lo visto, este verano no tendrá ninguna tregua financiera.
En El Blog Salmón | El agujero negro de las finanzas globales
Más información | El País: Los mercados se preparan hoy para vivir una jornada llena de nervios
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