El experimento de los planes de austeridad propiciado por el documento de Reinhart y Rogoff y aplicado en Europa sin anestesia y en la más sórdida crueldad, está demostrando su más absoluto fracaso tal como confirman estas dos gráficas. En la primera vemos la brutal elevación del desempleo a nivel de ZonaEuro y toda Europa desde la aplicación de estos planes que, supuestamente, iban a ordenar la economía. En la segunda, vemos la caída en el PIB de la Zona Euro con la aplicación de los planes de Reinhart y Rogoff.
La tesis de estos planes era que la reducción del gasto público alentaría la inversión privada y aumentaría el consumo. Esta idea se basa en el efecto crowding-out (o efecto desplazamiento, ver el Modelo IS-LM ) en la cual el gasto público no hace más que desplazar (reemplazar o suplantar) el gasto y la inversión privada. Este es un concepto que viene desde los años 70, con la revolución monetarista que aplacó y exterminó el keynesianismo aplicado entre fines de la segunda guerra mundial y comienzos de los años 70. El argumento de esta tesis señala que una retirada masiva del sector público inspirará una gran confianza en el sector privado dado que todo el terreno queda a sus anchas. Esta tesis está demostrando ser completamente falsa dado que las empresas no han aumentado la inversión pese a constatar la retirada masiva del gobierno. Por otra parte el ahorro del gasto público no ha significado un aumento del gasto privado sino muy por el contrario, el gasto privado también se ha contraído. Esto ha traído como consecuencia un aumento importante en el desempleo dado que las empresas, apenas olieron recortes en el gasto público, no aumentaron la inversión sino que la disminuyeron. Con esto no hicieron más que aumentar el desempleo y propagar el círculo vicioso de caída en el empleo->caída en el consumo->más caída en el empleo.
La economía europea se encuentra en muy mal pie, y la aplicación errónea de planes de austeridad en momentos completamente inoportunos no ha hecho más que agravar la situación. Esto es parte del drama que vive Portugal, producto de unos planes de austeridad que no han hecho más que hundir en el pantano a la economía. No se trata de estar en contra de la austeridad per-se, pero hay momentos y momentos en la economía de las naciones. Y es en el momento del despilfarro donde deben ceñirse las voces que induzcan a los planes de austeridad, no en los momentos de crisis como la actual, sin duda una de las mayores crisis de la historia. Lo que se tiene a desconocer o negar (por desconocimiento o intereses de manipulación) es que en momentos de Trampa de Liquidez, cuando la tasa de interés está cercana al cero por ciento, cuando el consumo está totalmente deprimido, cuando los precios van a la baja y cuando el desempleo es brutal, alentar aún más el desempleo, el consumo y la caída de los precios por la vía de la austeridad es simplemente ridículo. Pero esa es la ridiculez de las medidas que impone la troika, una de las tantas locuras de esta crisis a la cual nadie es capaz de poner un freno.
En El Blog Salmón | FMI admite que subestimó el daño que la austeridad provocaría en Grecia, Joseph Stiglitz: "Los planes de austeridad conducen al desastre"