Tres datos confirman la sospecha que hemos planteado en varios artìculos de que la crisis ha encontrado su nuevo epicentro en España. Por un lado el alto desempleo que este mes superará el 24% y el próximo el 25% mientras el desempleo juvenil ha igualado al de Grecia con el 50%; La fuerte caída de la cotización bursatil de la banca que llevó al Ibex a perforar los 8.000 puntos en marzo y los 7.000 puntos la semana pasada; y el nerviosismo encadenado que ha empujado a los CDS de deuda pública sobre el 6% (ver gráfica), amplificando la tensión que se propaga a todo lo ancho de Europa.
Esto demuestra que la crisis nunca se fue y que siempre ha estado presente, pese a las promesas de los líderes europeos y a los regalos por varios miles de millones de euros que ha realizado el Banco Central Europeo a la banca. Todo sigue igual y rumbo a peor dado que sólo se ha pateado el problema hacia adelante, sin enfrentar con seriedad los grandes desequilibrios de la zonaeuro donde unos pocos han ganado pero una gran mayoría ha perdido. Por eso que el mercado no cree en España y apuesta a su fracaso.
Los agresivos planes de austeridad que aviva el gobierno de Mariano Rajoy, con recortes al presupuesto por 37 mil millones de euros, no hacen más que alejar toda perspectiva de crecimiento en el corto y mediano plazo. Esto no hará más que aumentar el desempleo y profundizar la recesión, potenciando la contracción económica que se vive en toda Europa, como indica el ïndice PMI. El debilitamiento de la economìía se está ejecutando a todo nivel y esto pone nerviosos a los acreedores, que temen la inminencia de un impago masivo, más aún con la débil situación de la banca.
Caída de la demanda
A los planes de austeridad del gobierno hay que sumar la obligada y creciente austeridad de las familias gatillada por el desempleo y la también creciente austeridad de las empresas generada por una demanda históricamente débil, como dan cuenta las caídas de consumo del índice PMI. Este índice para las compras registró en marzo su peor resultado en 11 meses dando cuenta de la fiereza de la crisis: llegó a 44,5 puntos lo que refleja la fuerte contracción de la demanda. Una contracción que aumentará con las regresivas medidas tomadas por el gobierno de Rajoy.
Nada de esto son buenas noticias para los inversores, que ven que España tarde o temprano no podrá pagar sus deudas. Los bancos son el principal problema que tiene España por el gran agujero de su deuda. Un gran agujero generado por el apalancamiento excesivo en la euforia de la expansión del ciclo, cuando a nadie le importaba la deuda y los bancos alemanes prestaban sin restricciones a toda la periferia europea.
La crisis financiera que vive España es la crisis de la banca española dado que fue la banca la que se sobre endeudó y sobre apalancó. Como hemos señalado en otros artículos, hasta antes de la crisis España exhibía superávit (de 1,9% respecto al PIB versus el 0,3% de Alemania) y su endeudamiento público era del 36%, lejos de los endeudamientos de Francia o Alemania que llegaban al 70% del PIB. Pero ni el superávit ni el bajo endeudamiento ayudó a España a protegerse de la crisis por el giganteso caos de su banca.
La banca española se hizo adicta al dinero barato que recibía de Alemania, que de acuerdo a datos del Banco Internacional de Pagos alcanzaron los 109.000 millones de euros y que fueron reproducidos hasta llegar a la suma de 227% del PIB con la creación de la burbuja inmobiliaria. El estallido de esta burbuja ha tenido efectos en la economía real que no se pueden eludir. Y mientras no llegue ese sinceramiento, España seguirá en el ojo del huracán avivando el rescate, dado que se acaba el tiempo.. y también el dinero
En El Blog Salmón | España cae en la trampa de la austeridad, Europa mira de frente a la crisis y comienza a sentir su fuerza destructiva