Tras las gravísimas pérdidas humanas y económicas que han acontecido tras el tsunami japonés, son muchas las tareas de reconstrucción que hay por hacer, y por tanto son muchas las grandes constructoras, empresas energéticas y de infraestructuras las se están frotando las manos para disputarse un goloso pastel, en una época en la merma del volumen de negocio es importante a causa de la crisis económica.
A pesar de la frialdad de este negocio, lo que es una desgracia para unos se convierte en una oportunidad para otros, más si cabe cuando nos referimos a un país de los más desarrollados del mundo que acaba de perder gran cantidad de infraestructuras con un nivel técnico muy elevado, y que paulatinamente, sus infraestructuras deberán ser repuestas al término de la grave crisis humanitaria y social que tiene sumido al país.
Es cierto que las empresas que participarán en la reconstrucción no son culpables, y que tampoco situaciones de este tipo entraban dentro de lo esperable, pero les beneficiará sin lugar a dudas. Otro sector que ya está siendo agraciado por dicha crisis es el de las energías renovables que en la semana posterior a la crisis ha experimentado grandes subidas en las bolsas europeas, norteamericana y en el propio mercado de valores japonés, como consecuencia de su creciente valoración marginal en detrimento de la energía nuclear.
En definitiva, las catástrofes naturales, las que se originan por la acción del hombre (como ha sido la reconstrucción de Irak y posiblemente lo será el conflicto bélico que se está desarrollando en Libia), se convierten ‘tristemente’ en oportunidades de negocio, que los ‘grandes países’ se reparten en función de su peso y posición en el mundo.
Vía | Cinco días
En El Blog Salmón | El riesgo de desastre nuclear en Japón reduce la producción energética mundial y la convierte en un recurso cada vez más escaso
Imagen | Agencias de rating