Profesor Nicos Christodoulakis, economista del Athens University of Economics and Business (AUEB), escribió un Estudio (PDF) sobre qué podía pasar si Grecia saliera del Euro y nos analiza la historia. Resulta que entre la primera y la segunda guerra mundial, Grecia estaba dentro del Acuerdo de Cambio respaldado por el oro.
En 1931, cuando Reino Unido decidió salir del sistema, Grecia decidió mantenerse con su drachma fijado dentro del Acuerdo de Cambio, con el resultado que no podían soportar su estancia, el nivel de intereses en Grecia se disparó, descontaron deuda en un 70%, el peso del servicio de la deuda bajó en dos tercios pero, sin embargo, la economía real se frenó y llegaron al fin de sus reservas exteriores.
Cuando en 1932, Grecia pidió ayudas a la Sociedad de Naciones, precursor de las Naciones Unidas, y a banqueros británicos, sin éxito, la situación llevó a una fuerte devaluación del drachma. A pesar de la teórica mejora de competitividad, se vieron varios impactos negativos:
- el balance de comercio exterior no mejoró, frente a los obstáculos de sus socios
- la inflación estaba alta y subiendo
- el nivel real de los ingresos se erosionó
- resultando en el freno del consumo doméstico
- y en el fuerte aumento del desempleo
Este periodo de dificultad se mantuvo durante años, llevando a una fuerte inestabilidad social y política que llevó a la dictadura instalada en 1936.
Profesor Christodoulakis advierte a los que piensan que, con la salida de Grecia del Euro se supone que se convertirá en dueña de su destino y que por fin será capaz de imprimir su propio dinero, de rechazar el programa de austeridad y, por supuesto, devaluar la nueva moneda.
No obstante, también advierte de que, como su deuda está denominada en Euros, esta tendrá que ser repudiada, convertida en la nueva moneda o se necesitará la suspensión de pagos, ya que el peso de cumplir con las obligaciones de pago de deuda e intereses sería intolerable para la economía. Es decir que, sin acuerdo con los acreedores, acuerdo que no se está consiguiendo ahora, la salida del Euro forzará a Grecia a tomar decisiones unilaterales.
Los que creen en el argumento de salida, esperan que su coste será asequible, ya que la economía pronto volvería a la senda de crecimiento, se restablecería la competitividad y el empleo, y se verían las reformas de mercado.
Profesor Christodoulakis dice que, en el pasado cuando Grecia estaba en situación similar, el desarrollo de la economía no siguió la senda de lo que esperan los optimistas, si no todo lo contrario.
En la época moderna, Grecia ha suspendido pagos ya cinco veces, el último siendo en 1932 (las otras ocasiones siendo 1826, 1843, 1860 y 1894), sin hablar de la suspensión de pagos en el siglo IV aC, cuando 13 ciudades griegas tomaron prestados fondos del templo de Delos. La mayoría no pagó los préstamos y el templo tuvo una pérdida del 80% de su capital. A ver si Sr. Tsipras no debería visitar al Vaticano.
Curiosamente, en su análisis de la situación del 1931, el profesor es uno de los pocos que dice cosas buenas de la entrada de Grecia al mecanismo, diciendo que esta entrada permitió a Grecia mejorar su estabilidad fiscal, frenó su inflación y permitió su acceso a financiación a bajo coste, igual que con la entrada al Euro.
No obstante, el profesor no habla de las malas políticas del gobierno griego posterior a la entrada al Euro, que le llevó a Grecia a donde está, a pesar de los beneficios que le dió su presencia en el Euro. Es decir, no habló de la fiesta de los políticos griegos financiado con deuda barata que llevó a la situación desastrosa en la que Grecia se encuentra.
En su Estudio, el profesor nos habla de las varias políticas económicas del gobierno griego que le llevó al camino de la suspensión de pagos del 1932.
Nos habla del importante impacto sobre la economía local griega de la suspensión de pagos del 1932 incluyendo, curiosamente, el vínculo cercano que Grecia estableció con la economía británica que, como mantuvieron gran parte de sus reservas en libras esterlinas, que sufrieron una devaluación de su valor en el momento de que Reino Unido salió del Acuerdo de Cambio. Fueron malos inversores los políticos griegos de los años 1930. Con las pocas reservas que tienen ahora, no importarán mucho sus habilidades como inversores.
Finalmente, el profesor pasa a describir las consecuencias internas del abandono de la estabilidad del tipo de cambio en 1932. En lugar de una rápida transición a una economía creciente, se vieron los siguientes impactos:
- la fuerte devaluación de la moneda
- la alta y creciente inflación
- la consecuente erosión de la demanda interna real
- el consecuente aumento en el desempleo se mantuvo en niveles elevados
Esta inestabilidad condujo a nuevas devaluaciones durante otros dos años con su impacto político negativo.
Estos acontecimientos ponen en duda la opinión predominante de que todos los países que salieron de la norma de oro en los años 1930, y devaluaron, lograron volver rápidamente al crecimiento y a aumentar su empleo. A pesar de las devaluaciones en serie de Grecia, al igual que otros países de la periferia, resultó difícil mejorar las cuentas externas y, con los flujos de crédito internacional restringidos, Grecia se vio obligada a repudiar sus pagos de la deuda.
Las actuaciones del entonces gobierno griego perjudicó la credibilidad del país y agravó el aislamiento financiero durante muchos años, haciendo la recuperación económica más lenta, no más rápida.
Profesor Christodoulakis dice que la experiencia de Grecia en la década de los años 1930 debe ser una lección que se debe evitar en lugar de copiar.
Hace un par de años antes, los profesores Theodore Mariolis y Apostolis Katsinos, del departmento de administración pública de la universidad Panteion en Atenas en Greece nos trajeron su breve Estudio (PDF), que dice que las cosas no irán tan mal. Hay economistas para todos los gustos.
Vía | The Telegraph (en inglés)
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Imagen | Panoramas