Si fuese sujeto de la típica prueba psicológica de asociación, creo que no tendría dudas: a la marca BIC estaría unido, indefectíblemente, un bolígrafo. Es el origen del negocio de esta marca francesa, y forma parte de su imagen corporativa. Y, si apuro un poco más, diría que el bolígrafo, y por tanto BIC, que viene a ser la marca por antonomasia al respecto, es todo un icono de loa sociedad de consumo: productos baratos, de usar y tirar.
Sin embargo, como también es notorio, BIC intentó extender su imagen de marca a otros productos, recordando la visión de la empresa:
Ofrecemos Soluciones Simples, Innovadoras y Confiables, Al alcance de Todos en el lugar y el momento en que se necesiten.
En algunos casos dicha extensión se realizó con éxito, como por ejemplo con su división de encendedores y de maquinas de afeitado. En esencia se parte de la misma concepción que a la hora de lanzar ese bolígrafo popular. Precios muy contenidos para productos de consumo rápido, de alta rotación. Exactamente lo que esta tratando de aplicar en un nuevo mercado para ella, el de los teléfonos móviles, con su nuevo lanzamiento, el BIC Phone.
Se trata de un móvil lanzado en asociación con Orange. Su precio es de 29 euros, y lleva una tarjeta prepago con una carga de 12 euros. Un terminal muy sencillo, listo para usar, sin complicaciones de ningún tipo. O quizás si, ya que debido al retraso en el lanzamiento en España (más de un año) se ha topa de lleno con la nueva obligación legal de identificar a los poseedores de tarjetas prepago, lo cual, sin duda será una rémora para su expansión.
Para compensar dicho problema, BIC Phone goza de una ventaja competitiva destacada. Su amplia red de distribución. Uno se puede encontrar un producto Bic en el lugar más insospechado, en la tienda 24 horas, en la gasolinera de aquella curva, etc. El control de los canales de BIC, cuyo coste ya esta amortizado con la venta de sus otros productos, logra que la introducción de nuevos productos sea relativamente sencillo. Otra cosa es que triunfe, tal y como nos enseña la historia.
Allá por finales de los 80 la firma lanzó el Perfume BIC, pequeños dosificadores de perfumes que se vendían en esos mismos puntos de distribución. La idea era que uno podía acceder en un estanco, por ejemplo, a un perfume francés de calidad a un precio contenido y en un tamaño pequeño, muy llevable (siento repetirme, pero para usar y tirar). La aventura apenas duro 3 años, al no conseguir convencer la firma a los usuarios de que se podían cambiar sus hábitos de consumo al respecto, según algunos, o de olvidarse del necesario glamour que debe inspirar cualquier marca de perfúmenes, según otros.
Supongo que por ello algunos pueden dudar del éxito del BIC Phone. Se trata de un producto alejado del medio donde mejor se desenvuelve la firma, aunque en mi modesta opinión mucho menos que en el fracaso anteriormente citado, aunque lo tendrán difícil. Pero, ¿quién les iba a decir que se iban a convertir en una de las empresas de referencia en fabricación de tablas de surf? Si fueron capaces de coger esa ola, quizás puedan pillar ésta.
Vía | Xataka Móvil
En El Blog Salmón | El absurdo I+D de Gillette
En Xataka Móvil | Bicphone, el móvil “desechable” de Bic