Ayer saltó la noticia de que Bill Gates se ha convertido en el 3º accionista de FCC mediante la compra del 6% de la empresa por un importe de 113 millones de euros. Esta entrada de Gates en España y con una toma de control importante de la empresa de Esther Koplowitz, ha logrado que la cotización se dispare y que se abran las especulaciones sobre el objetivo de esta inversión.
La razón de fondo aquí es realmente simple: para Gates entrar en FCC supone lo mismo que para un mileurista en España comprar un décimo de la lotería de Navidad. Gates ha colocado el 0,2% de su patrimonio total (67.000 millones de dólares) en esta inversión y el futuro de FCC, para bien o para mal, no lo va a hacer mucho más rico más rico, si acaso, más pobre. Aquí, yo buscaría una opción filantrópica y con más efecto de llamada de amigos que otra cosa. En resumen, aquí se están pagando favores, entre Gates y el Gobierno de España. El año pasado Bill Gates ya se reunió en Moncloa con Mariano Rajoy y de esta reunión salió un compromiso firme de Moncloa de mantener las líneas de colaboración con la Fundación de Gates y las inversiones de España en materia de cooperación. En esta misma reunión, Gates ya aventuró cierta disposición a invertir en España. El problema es que las inversiones de España en filantropía salen del dinero público pero la entrada de Gates va al sector privado, por lo que es un canje de pegatinas un tanto asimétrico.
Después de un año y medio, basta con ver cómo el resto de "pesos pesados" del mapa económico y empresarial han comenzado a sacar pecho sobre el aumento de la inversión extranjera en España y cómo entra el dinero a raudales. Que le pregunten también a Botín por sus relaciones con Gates y la autocartera de FCC en garantía que tenía el Santander y quizá tengamos la cuadratura del círculo para entender porqué tenemos un inversor de relevancia en España en FCC y cómo se ha mantenido la línea de inversión en la fundación de Gates.
En El Blog Salmón | Esther Koplowitz da un golpe de autoridad en FCC Imagen | Batmoo