El ayuntamiento de Olot ha propuesto apagar casi todos los semáforos de la ciudad durante las noche (de domingo a jueves) con el objetivo de ahorrar unos 6.000 euros anuales. Esta medida está siendo muy discutida tanto por la hipotética inseguridad vial que genera circular sin semáforos, como por el escaso ahorro que genera.
Es interesante ver cómo en muchas de nuestras ciudades (pequeñas y no tan pequeñas) muchos semáforos están en ámbar toda la noche, por lo que su función a efectos circulatorios es equivalente a apagado y también es interesante ver cómo se puede crear un nuevo nicho de mercado con medidas de ahorro de este estilo siempre y cuando se persiga una innovación en la señalización vial.
Ahorrar en energía tiene una vertiente económica expansiva, tanto para las arcas públicas como para el consumo de recursos, por lo que estos ahorros son siempre bienvenidos. Pero yo quiero ir un poco más allá, dado que sería ideal tener semáforos inteligentes que detectaran densidad de tráfico a distancia y que se activaran o apagaran a demanda.
Hoy en día, un sistema como éste no tiene excesivas barreras en tecnología, dado que los detectores de movimiento y los sistemas informáticos podrían suplir un sistema inteligente de señalización vertical. Ahí es dónde tenemos que potenciar nuestras ideas en materia de ahorro, porque se puede ahorrar, innovar y crear empleo y mercado en simultáneo. ¿Idea descabellada o sería viable un sistema inteligente de señalización en nuestras ciudades?
En El Blog Salmón | Las 20 medidas de ahorro de energía ¿servirán?
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