¿Recordar hace tiempo cuando hablé de las ayudas de los gobiernos a las empresas y a los bancos y decía que hay que condicionar cualquier ayuda? Pues esto es por qué lo decía.
Está claro que las inyecciones de liquidez a las empresas y a los bancos estaban ayudando a los accionistas, a salvarles sus inversiones, ayudando a los empleados, a salvarles sus trabajos, y ayudando a los directivos, a salvarles sus reinos.
Siempre me preocupaba que los que estaban pagando estas inyecciones, todos los ciudadanos, se quedarían sin ser ayudados.
Por eso siempre que se hablaba de ofrecer más ayudas, a quien sea, lo que sigo llamando en estas páginas el gran despilfarro, he pedido que se exija condiciones. Las condiciones podrían seguir alguna o todas las siguientes:
- Llevarse parte de o todo el capital de la empresa ayudada.
- Exigir penalidades para cubrir el coste del capital aportado.
- Exigir condiciones sobre el uso de los fondos recibidos.
- Exigir participación definitiva en la gestión de la empresa salvada.
Algunos países, como el estadounidense y el británico, siguieron estos consejos, por lo menos en algunos casos y, con la mejora en las economías y con la vuelta al estado normal de las empresas y los bancos ayudados, el valor de los activos recibidos de cambio por las ayudas, ahora se están valorando y repercuten en retornos interesantes para los gobiernos que decidieron condicionar sus ayudas. Además, los préstamos concedidos también se están repagando.
Desde el principio he creído que las condiciones, cuando se impusieron, eran demasiado débiles pero, por lo menos, algo es algo.
Ya hemos estado viendo los retornos para los gobiernos. Por ejemplo, el estadounidense ya ha empezado a ingresar miles de millones de dólares por la venta de sus acciones en el banco, Citigroup, además de ser repagado cantidades millonarias por la aseguradora, AIG, Goldman Sachs y otros. Ahora vemos que el gobierno británico podrá ingresar miles de millones de libras por haber tomado activos que entonces se llamaban tóxicos y que ahora han mejorado en calidad y en valor.
Si los gobiernos entran en el mercado privado para salvar a empresas privadas, deberían siempre exigir condiciones y rentabilidades a cambio. Si las empresas no quieren acceder, pues hasta luego.
Vía | Telegraph (en inglés)
En El Blog Salmón | Estados Unidos sigue haciendo negocio, El gobierno estadounidense venderá acciones de Citigroup y No es tarde para condicionar el despilfarro
Imagen | Stuart Pilbrow