La publicación en The New York Times denunciando las prácticas malsanas que Goldman Sachs y JP Morgan aplicaron en Grecia para disfrazar sus déficit fiscales (como fue anticipado en El Blog Salmón), ha abierto una profunda investigación para determinar los ilícitos que los bancos estadounidenses cometieron vía derivados financieros. El hecho estuvo oculto durante diez años y ha provocado la indignación y la furia del pueblo griego dado que la única propuesta del gobierno y de los dirigentes de la UE ha consistido en recortar aún más el alicaído gasto público. En respuesta, desconocidos detonaron ayer una bomba en la entrada de las oficinas de JP Morgan en Atenas. Alguien dio aviso 45 minutos antes a un periódico, por lo que la policía alcanzó a despejar la zona y no hubo víctimas ni heridos.
La situación refleja que los ánimos están muy calientes y que la propuesta de recortar el gasto publico no gusta a nadie, más aún con la fuerte caída de la demanda que tiene paralizada a Grecia, y el descubrimiento de que Goldman Sachs y JP Morgan ganaron varios miles de millones de dólares a costa del pueblo griego. Las operaciones con derivados financieros (CDS) las realizaron estos bancos estadounidenses durante diez años, en completo silencio y a escondidas del mundo.
No es primera vez que JP Morgan recibe un ataque. De hecho, el de ayer, es prácticamente un remake del atentado a la sede del JP Morgan cometido en Wall Street en 1920, presumiblemente por los anarquistas. Esa explosión se produjo a las 12.01 pm del 16 de septiembre de 1920, en el distrito financiero de Nueva York, y mató a 38 personas e hirió gravemente a 400. La imagen de este post corresponde a ese hecho.
En todo caso, la información publicada el pasado fin de semana en The New York Times, detallando los métodos empleados por Goldman Sachs y JP Morgan para ayudar a los gobiernos a disfrazar los déficit públicos, ha significado un serio traspié para el euro y la UE, demostrando una cruda falencia en la vigilancia y en la seriedad estadística de la oficina de Eurostat, lo que ha hecho temer la existencia de otros casos similares.
La crisis griega ha dejado al descubierto las limitaciones de una moneda única europea pensada para los períodos de bonanza financiera, pero no para períodos de dificultades en lo que se hiciera necesario recurrir a un plan de rescate. Como en todas partes, nunca se pensó en un mecanismo de gestión de crisis dado que a nadie se le pasó por la mente la idea de que pudiera producirse una. Y a dos años y medio de su estallido, Europa sigue improvisando y sin salir del pantano.
En El Blog Salmón | Goldman Sachs ayudó a Grecia a disfrazar los déficit fiscales
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