Las preocupaciones de que la Reserva Federal podría sufrir pérdidas masivas en sus respaldos crediticios, la llevó a adoptar un cambio contable poco informado pero de enormes consecuencias. Dicho ajuste le permite ocultar las pérdidas y aumentar los fondos disponibles para los rescates hipotecarios.
Esta significativa modalidad contable que la Fed filtró tranquilamente en su informe mensual, le permite establecer sus propias directrices y no requerirá pedir dinero prestado cuando lo requiera dado que su balance será completamente elástico. La Reserva Federal podrá ocultar todas las pérdidas ocasionadas por los MBS y dar una vida mucho más larga a los activos toxicos. Las pérdidas desaparecen como tales y pasan a ser “pasivos negativos”, sin afectar al capital de la Fed. Este cambio, también permite a la Fed referirse a las pérdidas de reservas de los bancos regionales, como un “pasivo de Tesorería”. A modo de compensación, todo beneficio futuro pasa a ser de la Fed, en reconocimiento a la compleja responsabilidad que asume. La Fed no tendrá problemas en detallar en forma exhaustiva sus ganancias, pero nadie le podrá exigir un detalle de sus pérdidas.
Con esta operación se completa el golpe de Estado financiero con el cual la Fed pasa a gobernar por sobre el propio gobierno, dado que no requerirá ninguna aprobación o rechazo del Congreso. Esta acción ocurre justo en momentos en que se ha debatido profusamente el tema de la insolvencia de la Reserva Federal, en un escenario donde las tasas de interés externas aumentan significativamente desafiando a los tenedores de bonos de Estados Unidos.
Desde comienzos de la crisis, la Reserva Federal ha ampliado la base monetaria en más del 150%, disparándola desde los 800.000 millones de dólares a más de 2 billones de dólares en la actualidad (ver imagen). Gran parte de este incremento lo ha realizado a través de la compra directa de valores respaldados por hipotecas (Mortgage Backed Securities), y la creación de su equivalente en la base monetaria. A menos que estos valores puedan ser vendidos a manos privadas al mismo valor que se pagó por ellos (como fue el compromiso ante el Congreso), la Fed obligará al gobierno a dar su garantía explícita sin recurrir a una autorización del Congreso. Es decir, la Reserva Federal culmina así su golpe de Estado financiero, con una dictadura monetaria en la cual no tendrá que dar explicaciones a nadie.
Este totalitarismo instaurado por la Fed, llevó a John P. Hussman a escribir el año pasado Timothy Geithner se reune con Vladimir Lenin. y recordar la frase del líder de la Revolución Rusa de 1917:
“La mejor manera de destruir al sistema capitalista es corrompiendo su moneda”
Ahora se consolida esta medida de la Fed que es tan desesperada como audaz, y la lleva a romper los acuerdos que en septiembre de 2008 permitieron los rescates de Fannie Mae y Freddie Mac, que limitaba en 300.000 millones de dólares los costos de las garantías hipotecarias. Los contribuyentes serán obligados a rescatar un volumen potencialmente mucho más grande de préstamos hipotecarios incobrables, otorgados por prestamistas irresponsables en el auge de la burbuja de crédito.
Más información | CNBC, Hussman Fund