Tal vez uno de los mayores pecados de la actualidad sea lo breve de la memoria colectiva. Mientras se oprime a Grecia en una larga agonía que parece no tener fin y la Eurozona condiciona ayudas para que el país extreme sus medidas de austeridad, se hace creer que la situación helena es la peor experiencia que ha vivido Europa en su historia. Y nada más lejano a la realidad.
El historiador económico Albrecht Ritschl, profesor de la London School of Economics, piensa que Alemania está olvidando parte de su historia y lo que la llevó a ser lo que hoy es. En una entrevista con Der Spiegel y en este artículo para The Guardian, Ritschl recuerda que Alemania fue incluso más deudora que Grecia en el siglo pasado e invita al país germano a ser más comprensible con la crisis del euro si no quiere enfrentarse a nuevas demandas por las condonaciones del 50% que se le aplicó en la Segunda Guerra Mundial en los pagos de las reparaciones de guerra. Recordemos que Alemania terminó de pagar la Primera Guerra Mundial, sólo en octubre del año 2010.
En la entrevista con Der Spiegel, que también ha recogido Business Insider, Ritschl señala que la actitud del gobierno alemán es injustificada, dado que el incumplimiento de pagos que Alemania protagonizó en el siglo XX, con la Primera Guerra Mundial primero, y con la Segunda Guerra Mundial después, ha sido uno de los más grandes de toda la historia.
Los costos de la Guerra
Después de la Primera Guerra Mundial, el Tratado de Versalles de 1919 exigió a Alemania pagar reparaciones o indemnizaciones a los vencedores. Fueron miles de millones de marcos-oro, una cantidad enorme que el país intentó asumir hasta que suspendió los pagos durante la Segunda Guerra Mundial por orden del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler.
De 1924 a 1929 la República de Weimar vivió e incluso tomó prestado de Estados Unidos el dinero que necesitaba para el pago de las reparaciones de guerra. Esta burbuja de crédito se derrumbó durante la crisis económica de los años 30, que derribó no sólo el patrón oro existente sino también la democracia de Weimar. El dinero desapareció, el daño a los Estados Unidos fue enorme “y las consecuencias para la economía mundial fueron devastadoras”, explica Ritschl, quien se sorprende de la brevedad de la memoria colectiva germana.
Tras la Segunda Guerra Mundial la situación fue prácticamente similar. Y, para evitar los errores del pasado, Estados Unidos, aceptó entonces la posibilidad de una condonación de la deuda de Alemania. Así fue como en el Tratado de Londres de 1953 se redujo a la mitad la deuda alemana y se estableció que el abono de los intereses de empréstitos extranjeros quedara en suspenso hasta la reunificación de Alemania, que se produjo el 3 de octubre de 1990. “Fue un gesto que le salvó la vida”, apunta Ritschl, y que pemitió hacer posible su milagro económico, asegura. Sin embargo, desde 1990, los alemanes se han negado sistemáticamente a enfrentar la deuda que aún tienen con varias naciones del mundo. Como dice Ritschl “se han negado a abrir esa lata de gusanos”.
El impago alemán fue “el rey de los default”
De hecho, no fue hasta el pasado mes de octubre de 2010 que Alemania pudo dar por concluida la parte correspondiente a los pagos de la Primera Guerra Mundial, al realizar el último pago de esa deuda, 92 años después del conflicto bélico. Para Albrecht Ritschl, el default alemán tras la Primera Guerra Mundial “ha sido “el rey de los reyes” de los defaults, mientras que el de Grecia se queda corto a su lado”. Ritschl cree que si Estados Unidos y otros países (incluido Grecia) no hubieran aceptado la posibilidad de una quita en Alemania, la Alemania de hoy no sería la misma que conocemos.
El historiador apunta que “nadie en Grecia se ha olvidado de que Alemania debe sus prosperidad a la consideración de otras naciones”. Así, en su opinión, la única y correcta solución para Grecia es permitir su default. Lo más tranquilizante, cree, es que Grecia es muy pequeña en relación a toda Europa, por lo que aceptar una quita de su deuda no sería un problema serio, salvo que podría haber una posibilidad de contagio.
“He abogado por una quita durante mucho tiempo y no por un segundo plan de rescate para Grecia, por esa misma razón”. Incluso a pesar del optimismo del FMI, “la posibilidad de que Grecia pueda pagar su deuda es casi imposible”. El país tiene dos opciones: implementar más recortes a cambio de recibir más dinero del rescate, o hacer default. A su juicio, la primera opción no aumenta la probabilidad de que Grecia vaya a tener capacidad para pagar, pero para los ciudadanos griegos será un desastre en cuanto a su nivel de vida se refiere. Así pues, para los griegos, el default parece ser la mejor opción.
Es el momento de que los alemanes recuerden las promesas que realizaron en 1990, cuando anunciaron que compensarían a Europa por otras vías. El único país que en ese momento se negó a ello y desafió abiertamente a Alemania exigiendo una indemnización en los tribunales fue Grecia. Ahora es el momento en que Alemania debe cumplir con la promesa.
Más información | Der Spiegel, The Guardian
En El Blog Salmón | Después de 92 años, Alemania termina de pagar la guerra
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