Un estudio reciente preparado por los economistas y académicos David Colander, Hans Föllmer, Armin Haas, Michael Goldberg, Katarina Juselius, Alan Kirman, Thomas Lux y Brigitte Sloth, que cuelgo aquí, y que está siendo difundido como preparatoria a la cita del G-20 del 2 de abril, señala algunas cosas importantes:
Creemos que la economía ha sido atrapada en un mediocre modelo de equilibrio general en el que gran parte de sus esfuerzos de investigación no se dirigen hacia la satisfacción de las necesidades más importantes de la sociedad, y ni siquiera a satisfacer sus niveles de subsistencia. Las necesidades de reforzamiento y retroalimentación propios de la profesión económica la condujeron a la hegemonía de un paradigma que no tiene una sólida base metodológica y cuyo rendimiento empírico es bastante modesto. La economía moderna se situó muy lejos de los reales problemas económicos de la sociedad y no fue capaz de comunicar en forma abierta y transparente las limitaciones y supuestos básicos de sus principales modelos. Por eso es que la ciencia económica es responsable de la crisis actual. Ha fracasado en su deber con la sociedad de proporcionar tanta información como sea posible para el normal funcionamiento de la economía; así como en prevenir sobre los efectos colaterales de las herramientas que crea. También ha sido reacia a hacer hincapié en las limitaciones de su análisis. Estas carencias para contemplar los problemas actuales del sistema financiero en todo el mundo y la incapacidad predictiva de los modelos macroeconómicos, requieren una reorientación global y una revisión plena de sus premisas.
Como vemos, este documento da cuenta de la falla sistemica de la profesión económica, y en él existe una alta coincidencia con el núcleo de los temas planteados en este blog. La hegemonía del modelo monetarista que se apropió de toda la economía mundial e hizo caso omiso a las múltiples advertencias fue apabullante. Todos los estudios de los Think Thank, Bancos Centrales o FMI tendieron a reforzar el paradigma monetarista neoliberal incluso a costa de mentiras, trasgrediendo muchos principios éticos y actuando en forma intelectualmente corrupta. Además, cualquier ataque a ese núcleo condenaba al autor a morir en la hoguera y ser tratado como un demente (el caso de Minsky, Leijonhufvud, Sraffa o Rueff). Esto es lo que Imre Lakatos llama cinturones de seguridad, que son los discursos creados para reforzar el paradigma sin cuestionarlo y sin aportar ninguna idea nueva.
Otro aspecto importante de este documento es que sus autores son de varios países: EEUU, Alemania, Francia y Dinamarca, lo que demuestra que la inquietud por la actual crisis no tiene fronteras.
Más información The Financial Crisis and the Systemic Failure of Academic Economics
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