Al tercer día de las elecciones europeas el BCE ha resucitado y alzado la voz con una advertencia espectacular: hay burbuja en los mercados financieros y existe la fuerte posibilidad de una corrección desordenada en los flujos de capital. El BCE, que tiene las pruebas de estrés de la banca en una mano y los datos de sus balances en la otra, sospecha que la estabilidad y el jolgorio que muestran los mercados no representa lo que está ocurriendo en la economía real. Todo esto lo dice entre lineas en el último reporte de estabilidad financiera presentado ayer donde rompe la calma mantenida previa a las elecciones europeas.
El BCE sabe muy bien que los índices bursátiles han alcanzado nuevos máximos a expensas de una enorme acumulación de riesgos dado que la realidad de la economía es muy diferente. En su empeño por buscar mayores rentabilidades los inversores podrían desencadenar “una corrección fuerte y desordenada en los flujos de capital”, activando nuevos peligros como el incremento en la prima de riesgo y los temores de corridas bancarias.
No deja de ser una cosa curiosa que esta vez sea el propio Banco Central Europeo el que advierte del crash, cuando ha sido este propio banco el que ha incubado la burbuja con tasas de interés en torno a cero. Además, la próxima semana el BCE puede bajar aún más la tasa si considera que el nivel de 0,25% es demasiado alto. Y no solo eso: seguirá también inyectando dinero con cargo a los contribuyentes para seguir auxiliando la sangría interminable del sistema financiero.
En esta misma linea, la jefe del FMI, Christine Lagardé, señaló ayer que el sistema financiero ha bloqueado todas las reformas y se mantiene exactamente igual que antes de la crisis. Esto confirma que la aparente salud del sistema financiero es el simple resultado del respiradero artificial que le han dado los bancos centrales a expensas del sacrificio de sus ciudadanos. Un sacrificio que ha implicado desempleo, bajos salarios y caída en el nivel de vida.
¿Una estabilidad engañosa?
El sistema financiero se encuentra sobrecalentado y la maquinaria puede reventar en cualquier momento. El desbocado entusiasmo por la ganancia fácil ha creado nuevas burbujas y casi todas las bolsas mundiales han batido nuevos récords, pese a que la economía aún se encuentra en estado de coma. Bastará una leve recaída para que la manada de los inversores empuje los precios en la dirección opuesta. Los miembros de la manada son inconcientes de los riesgos y siempre tratan de defenderse a sí mismos, sin importarles el resto.
Los bancos acumulan aún enormes volúmenes de préstamos incobrables y hasta el momento el punto de inflexión no se ha alcanzado, pese a los caprichosos cambios en la metodología contable. La rentabilidad de muchos bancos continúa a la baja y el incierto panorama económico genera también el riesgo significativo de que la calidad del crédito continuará deteriorándose. Así y todo, las burbujas no han parado de crecer haciendo que el estallido resulte cada vez más inevitable. La banca no solo no ha aplicado las reformas necesarias para reorientar el sistema financiero, sino que ha insistido en sus vicios. Como señala el propio ex gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, el capitalismo debe recuperar la ética sino terminará destruyéndose a sí mismo. Algo que dijo un importante filósofo alemán hace más de 150 años.
Más información | Financial Stability Review
En El Blog Salmón | Europa bajo la sombra de las burbujas y el estancamiento secular