Adelantarse. Anticiparse. Ser más rápido que la competencia en detectar una tendencia y subirse a ella en el momento oportuno, ni antes ni después. Desde finales del Siglo XX, en estos días que nos ha tocado vivir,cada vez más acelerados, queda claro que es uno de los ases en la manga de cualquier empresario que se precie. Y que quiera sobrevivir.
Lo que ocurre es que en ocasiones recurrir a esta práctica es ilegal. Me refiero al denominado Front Running. Esta práctica ha vuelto a cobrar actualidad de la mano del caso Madoff. Hay quien sospechaba y sigue sospechando que, al margen del sistema piramidal puro y duro, Madoff recurría al Front Running para engrosar sus cuentas. ¿En qué consiste dicho modelo? A continuación lo explicaré brevemente, así como otras variantes, algunas de ellas absolutamente legales y que, en mi opinión, explican el éxito de determinados negocios.
Madoff tenía, al margen de otros negocios financieros, como la gestora, un operador de Bolsa. El Front Running consistiría en aprovecharse de las ordenes de compraventa que le hacían llegar sus clientes. Detectada una orden de compra o venta importante, el Front Running, como su propio nombre indica consiste en ponerse por delante, en anticiparse a la ola que detecta o genera el cliente y aprovecharse de sus efectos, bien directamente en beneficio propio bien a través de una gestora del grupo. Es evidente que esta práctica esta perseguida por la SEC, la CNM, la Mifid y la Biblia en pasta. Es claramente ilegal. Pero también es cierto, que cuesta detectarlo y probarlo. Y es que rumores en los mercados sobre estas prácticas abundan.
Otra alternativa, más rupestre es el Front Running minorista, que le llamo yo. Gestores de Banca Privada que detectan que clientes suyos, de los cuales conocen sus vinculaciones con ejecutivos de firmas destacadas están tomando o deshaciendo posiciones en valores de las firmas de dichas personas. Se trata de una señal clara, que aprovechan pasando el chivatazo correspondiente. Pecatta minuta, pues aquí lo que más llama la atención no es la práctica de los que recogen las migas, no. Aquí lo que toca bastante la fibra es el comportamiento de los que desmenuzan el pan.
Hasta aquí hemos visto casos de Front Running ilegal. Sin embargo no debemos engañarnos. Existe una versión, vieja como el Tiempo, para nada ilegal y si muy fructífera. Se trata de la desarrollada por aquellas empresas, que, por su modelo de negocio trabajan con información en cantidades astronómicas, con una capilaridad bárbara para conectar directamente con la sociedad y descubrir corrientes subterráneas de necesidades, de proyectos, de anhelos, que se pueden traducir en productos, en servicios, en dinero.
Históricamente este ha sido parte del éxito de la Banca. Potentes redes de sucursales capaces de captar información y de transmitirla rápidamente, destacados ejecutivos en puestos claves en la empresa, fuertes Departamentos de Estudio capaces de masticar dichas datos y de modelarlos en algo útil a través de procesos de Planificación. El negocio esta en la información.
Claro que la Banca no es la única. Ahí tenemos a Google, la Oreja Universal. ¿Quién sabe más de lo que deseamos, de qué despierta nuestro interés, de cómo somo, de qué tenemos miedo? Como un nuevo Oráculo de Delfos es capaz de nutrirse de nuestro conocimiento y de generar respuestas bastante acertadas. En las propias preguntas que les hacemos estan implicitas muchas respuestas para el que sepa buscar. Eso es negocio.
Más información|Enrique Dans, El Mundo
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