Algo huele mal en Wall Street desde hace tiempo, y pese al abierto rechazo que despierta la codicia de ese sistema, los fraudes siguen a la orden del día. Por eso, la ofensiva de las autoridades no se ha hecho esperar y el viernes pasado fueron detenidas seis personas acusadas de usar información privilegiada en un fondo de cobertura financiera. Entre ellos, los gestores de inversión Mark Kurland y Raj Rajaratnam, que manejaban 7.000 millones de dólares en inversiones. El thriller de Wall Street continúa.
Los seis detenidos han sido acusados de lucrar con información privilegiada y manipular activos que ocasionaron más de 20 millones de dólares en beneficios ilegales. De acuerdo a datos del FBI, este caso se perfila como el fraude más importante de los hedge funds, los fondos de inversión que han estado en la mira desde el inicio de la crisis por su nula supervisión y abiertas facilidades para operaciones fraudulentas.
El desmantelamiento de esta organización orquestada por Rajaratnam, fundador de Galleon Group, fue posible gracias a las escuchas telefónicas que realizó el FBI. Con esto, la oficina de investigaciones demuestra que está otorgando a estos casos de fraudes el mismo tratamiento que sigue para combatir el tráfico de drogas y el crimen organizado. Al igual que Bernard Madoff, Rajaratnam gozaba de una gran red de protección al ser un activo donante de recursos a los partidos políticos.
Luego de las acusaciones de ineficiencia y lentitud en la supervisión de casos como el de Bernard Madoff, la SEC y el FBI han dispuesto de grandes planes operativos para limpiar la imagen de corrupción que envuelve al sector financiero. La caída de Rajaratnam y Kurland es solo una de las muchas que vendrán. Parte de la resolución de los conflictos que desataron la actual crisis, pasa por depurar la imagen del sector financiero y eliminar las malas prácticas corporativas.
Imagen | Mathew Knott