De acuerdo a los datos publicados ayer por el Banco de España la tasa de morosidad de las instituciones de crédito españolas alcanzaron en noviembre el 11,38 por ciento, el nivel más alto del cual se tenga memoria. La cifra en morosidad, como ilustra la segunda gráfica, llega a los 191.630 millones de euros, una suma que triplica con creces la existente a noviembre de 2008 cuando la actual crisis estaba en sus fases iniciales.
Esta cifra representa un incremento con respecto al mes anterior de 2.012 millones de euros dado que en octubre la morosidad alcanzó los 189.618 millones de euros. La actual crisis bate récords mes a mes dado que se sigue alejando de la anterior marca histórica correspondiente a febrero de 1994 cuando alcanzó el récorde 9,15 por ciento.
Esta gráfica nos muestra que la morosidad se ha más que triplicado en cuatro años y que aún no tiene señas de detenerse producto del desempleo desbordante y de la recesión que está llegando a Alemania y a toda Europa. En los últimos 12 meses el nivel de morosidad pasó de 134.227 millones de euros a los 191.631 millones de euros, lo que representa un repunte de 42,75 por ciento.
Esta gráfica muestra la evolución del crédito en los últimos 40 años y da cuenta cómo este se ha ido a pique producto de la crisis inmobiliaria. Nótese la brecha que se abre entre la generación de crédito (en descenso) y el aumento en la morosidad (en ascenso). Eso da cuenta de un sistema financiero paralizado, colapsado y en medio de una profunda trampa de liquidez.
Una trampa de liquidez que confirma esta última gráfica con la caída en picado de la generación de crédito, un verdadero récord mundial. La banca no presta por la incertidumbre propia que encierra todo el sistama y su rol se hace cada vez más cuestionado en esta crisis financiera que cada día se enfrenta a nuevos focos de corrupción masiva y que con ello no hace más que ver muy lejano su término.
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