Tal como anunciamos ayer, en el recorrido por las fugas de capitales que sacuden a la periferia europea, hoy es la nueva subasta de dinero barato que el Banco Central Europeo ha preparado para la banca privada de Europa. El negocio es uno de los más rentables del momento dado que el BCE presta al 1% anual y los bancos pueden prestarlo al 5%, 7% o 10%, multiplicando las ganancias y superando sus espasmos internos.
Si en la subasta del pasado 21 de diciembre el BCE prestó la friolera de 489.000 millones de euros a 523 entidades fiancieras de Europa, se estima que esta vez el monto puede superar los 700.000 millones de euros e incluso acercarse al billón de euros como anticipamos en enero. La banca española pedirá entre 100.000 y 125.000 millones de euros, la banca italiana entre 150.000 y 200.000 millones de euros. Como parte de este dinero será destinado a contener la presión de los bonos de deuda soberana, una cantidad insuficiente puede volver a incrementar el valor de estos bonos. Tras la subasta de diciembre el costo de los bonos a dos años bajó 241 puntos para España y 336 puntos para Italia, llegando a 2,56% y 2,79% desde los 4,97% y 5,15% respectivamente.
Con esta nueva flexibilizaciòn cuantitativa, el BCE sigue los pasos de la Fed y el Bank of England con sus millonarios rescates al sistema financiero. Al igual que las instituciones citadas, el BCE corre al rescate de los bancos pero no da ni un euro a los gobiernos. Esto demuestra que estos planes se hacen para salvar a la desacreditada banca mundial y evitar el colapso del sistema. El problema es que mientras no se restituya lo esencial, que es el crecimiento económico, la demanda y el empleo, todas las inyecciones de dinero barato se pierden en el gran agujero de la farsa financiera.
Uno de los puntos que el BCE ha intentado dejar en claro con la subasta que se realizará hoy, es que esta puede ser la última subasta de este tipo, en la cual ofrece cantidades ilimitadas de dinero, al interés más bajo de la historia, y con un nivel de exigencias mínimo, casi ridículo. Si se recuerda que la vez pasada, en el llamado regalo navidelo, participaron 523 bancos, hoy todo indica que la cifra se puede superar. Y esto no necesariamente puede indicar un éxito para el BCE.
Si medimos con un éxito solamente la cantidad de peticiones de dinero, podrìamos decir que Mario Draghi ha triunfado. Pero si medimos los resultados obtenidos con estas políticas, el fracaso resulta elocuente. Más aun, creo que hay dos aspectos que bien vale tener en cuenta a la hora de juzgar estas iniciativas: como ha dicho el propio BCE, el nivel de exigencias para facilitar dinero es nulo, es decir, cualquier banco puede ir y pedir grandes cantidades de dinero. Esto indica que se puede mantener a flote artificialmente a instituciones que no son viables y que han demostrado su fracaso en el manejo del dinero. Como siempre, los costos de estos errores (en este caso los de Mario Draghi) serán pagados por las generaciones futuras aduciendo que se trata de gasto público.
Lo que se vive con estas gigantescas inyecciones de liquidez es una cruel paradoja. La crisis se originó por proporcionar dinero barato por mucho tiempo y se cree ahora que dosis de ese mismo veneno pueden salvar al sistema. Si bien hasta el momento el único dato bueno es la rebaja en el costo de los bonos de deuda soberana, los factores que intensifican el riesgo han recrudecido y para el futuro se acumula una enorme inestabilidad monetaria. Mucho antes de lo programado el BCE deberá comenzar a revertir estas políticas y si ese momento coincide con la recesión que acecha a Europa, ni la banca con mega-inyecciones estará a salvo.
En El Blog Salmón | Un regalo navideño para la banca europea que solo posterga el problema
Imagen | Paul!!