La Reserva Federal confirmó ayer que la recuperación económica es lo suficientemente frágil como para seguir aplicando los estímulos monetarios incluso más allá de lo razonable. No le ha quedado otra alternativa a Ben Bernanke, dado que cada vez que anuncia el fin de los estímulos las bolsas se desploman y también el dólar. Esto demuestra que el sistema financiero está totalmente adicto al dinero fácil y narcotizado hasta la médula con las tasas de interés al cero por ciento. Estas tasas al cero por ciento constituyen un verdadero subsidio al sistema financiero dado que la banca capta el dinero a ese interés y lo coloca en bonos de deuda soberana donde obtiene un retorno del 4% o 5 por ciento. Es el gran negocio que hace la gran banca en plena crisis y con lo cual obtiene grandes utilidades que le ayudan a ordenar sus balances llenos de activos tóxicos. Pero esto se consigue a costa del desempleo y la precariedad salarial, como muestra la siguiente gráfica: mientras los salarios reales se hunden y el ingreso medio de las familias desciende al nivel de 1989: 24 años!, las ganancias financieras y corporativas llegan al 59% y 42 por ciento.
Es sorprendente el poder manipulador de la banca y la única respuesta posible para entender el cometido de Bernanke, a cuatro meses del término de sus funciones en lo que han sido ocho largos años, es que no se quiere retirar como el aguafiestas que arruinó el feliz pasar de los bankeros. Cada vez que se anuncia el fin de los estímulos monetarios son los que primero reclaman y provocan fuertes caídas en Wall Street, las bolsas europeas y el resto del mundo. Pero ni Bernanke, ni nadie, desde luego, tiene la misma y laxa actitud frente al reclamo del 99% que implora mejoras en el empleo y los salarios. Los planes de la Fed impactan negativamente en todo el mundo y ayer, de una sola estocada, el euro se cotizó a 1,32 dólares.
Una banca adicta al dinero fácil
La banca se hizo adicta al respiradero artificial y al cuantioso flujo de oxígeno que significan los billetes verdes por 85 mil millones de dólares mensuales que en la práctica no hace más que cambiar dinero real por basura tóxica de préstamos hipotecarios y los derivados financieros que provocaron el colapso de la banca hace cinco años.
Si bien nadie esperaba que los planes de estímulo fueran retirados por completo, al menos se esperaba un retiro gradual a 75 mil millones de dólares y luego a 65 y más tarde a 50 mil millones de dólares. Pero nada. Para Bernanke todo sigue igual porque la economía de Estados Unidos sigue en peligro, y así continuará con estos planes. La actual crisis ha demostrado la falacia de la contrarrevolución monetarista, que entiende al monetarismo como una herramienta anclada exclusivamente al sistema financiero y desconectada de la economía real. Este es el gran problema que encierra el Modelo IS/LM dado que es un modelo de concepción walrasiana donde el dinero se toma como un mercado más y hace creer que la tasa de interés es el resultado del suministro de dinero y la preferencia por la liquidez (curva LM). La actual crisis ha derribado la clásíca concepción del equilibrio entre ahorro e inversión (curva IS), dado que un mercado de crédito desregulado siempre está en desequilibrio.
La gestación y el estallido de la crisis ha estado justamente en los mercados de crédito financiero, que potenciaron los desequilibrios producto de la desregulacion financiera que comenzó a aplicarse desde 1989. No es extraño que desde ese mismo momento comenzara a ampliarse la brecha de desigualdad entre el 1 por ciento más rico y el 99 por ciento restante. Neil Irwin, en esta nota del Washington Post, muestra que la familia típica de Estados Unidos, gana hoy menos de lo que ganaba en 1989, producto de la devastacion que ha significado la crisis para los trabajadores. Queda claro que para la Reserva Federal y el gobierno de Estados Unidos las ganancias de la banca son más importantes que las de las personas, y que la salud del sistema financiero es más valiosa que los equilibrios sociales.
En El Blog Salmón | La Fed compra basura hipotecaria para reactivar la economía de Estados Unidos