Si Estados Unidos sale antes de la crisis será fruto de la fortaleza y contundencia de las decisiones que ha tomado la administración de Obama, quien, apropiado de su rol de FDR2, quiere recuperar un futuro sólido para la que aún es la primera potencia mundial. Por eso que ayer presentó la más radical reforma al sistema financiero de los últimos 70 años, con normas que pretenden regular casi todos los rincones de las finanzas, especialmente aquellos que permitían riesgos excesivos y que, como ocurrió, amenazaron la estabilidad mundial.
Si bien el “libro blanco” de 85 páginas tiende a tomar una postura de centro-centro: ni pro-regulación, ni anti-regulación, tiene el carácter político que ha caracterizado la excesiva moderación de Obama en sus casi 5 meses de mandato. En este sentido Obama sabe que la recesión está en pleno desarrollo y que dependiendo de la variabilidad de factores tan disímiles como el precio del petróleo, podemos entrar en una nueva crisis antes de salir de la que ya tenemos. La crisis de 1929 tocó fondo cuatro años más tarde, en 1933. Sólo en ese momento el gobierno de Franklin Delano Roosevelt creo la Ley Glass-Steagall que separó la banca comercial de la banca de inversiones, y que fue una pieza fundamental para la estabilidad financiera de las siguientes cuatro décadas. Algo de aquello quiere recuperar Obama al inducir "la responsabilidad por sobre la avaricia y la crueldad", y evitar que acciones como la imprudencia o la irresponsabilidad sean compensadas.
Para Obama, los mercados deben funcionar en forma seria para dar satisfacción a los consumidores y sin alteraciones graves del ciclo económico. Por ello, no quiere esperar que pasen cuatro años para hacer las transformaciones que requieren las finanzas actuales. Además, así como hay quienes dicen que la pesadilla está por terminar, otros, como Hans-Meter Keitel sospechan que los mercados financieros han vuelto a abrir el juego de casino. De otra forma no se comprende la premura de los bancos estadounidenses por devolver el “prestamo” de la Fed. Por eso que Obama ha puesto el énfasis en cerrar las lagunas que permitían construir las burbujas especulativas que terminaron siendo altamente tóxicas. Es probable que con estas medidas el sistema financiero se ponga “aburrido”, pero habrá que entender en algún momento que el sistema financiero debe estar al servicio del sistema económico real, dado que éste es el que crea empleo y fomenta el desarrollo. Fue la primacía de la economía financiera por sobre la economía real la que nos llevó al caos y arrasó con el sistema, erosionando largamente el empleo.
Sin entrar a detallar en forma exhaustiva la propuesta de Obama que será dirimida en el Congreso, algunos de los puntos acertados son los requerimientos para mejorar la coordinación financiera internacional, con mecanismos que pretenden reducir los paraísos fiscales y la evasión tributaria; la creación de Agencias que den protección financiera al consumidor, para evitar que sus fondos queden al capricho de los banqueros. Otro aspecto es la propuesta para reforzar a las agencias de calificación crediticia, grandes responsables de la crisis al dar calificaciones sobrevaloradas a activos de nulo valor.
La regulación y control de los fondos de cobertura y los derivados financieros también va en la linea correcta de poner fin a la oscuridad del sistema financiero (la banca en las sombras) tal como lo conocemos. Los fondos de cobertura estaban fuera de toda estructura reguladora y pocos conocían su funcionamiento. Para qué hablar de los "derivados financieros". En este punto la SEC va a reforzar las normas en torno a los Fondos de Mercado Monetario que siempre daba facil acceso a los servicios de liquidez.
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