Los intereses de la deuda pública siguen siendo un lastre en los Presupuestos 2016

Los intereses de la deuda pública siguen siendo un lastre en los Presupuestos 2016
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La deuda pública española siempre ha generado reacciones antagónicas entre nuestros lectores: muchos defienden que es buena para el crecimiento y perfectamente pagable a largo plazo, y otros, entre los que me incluyo, la consideramos un lastre para el crecimiento del país. Con los Presupuestos Generales del Estado para el próximo año recién sacados del horno, vamos a hacer algunos números para entender qué se esconde detrás del endeudamiento de nuestras administraciones públicas.

Creo que muchos coincidiréis conmigo en que el principal problema de la deuda pública es que hay que devolverla y, para ello, hay destinar importantes recursos. El problema es aún mayor al considerar que si pedimos 100, obviamente no devolvemos 100, sino que a esa cantidad hay que sumarle unos intereses, que es el beneficio que se llevan nuestros acreedores por asumir el riesgo de prestarnos dinero.

Analizando los PGE 2016 comprobamos, como ya comentamos hace unos días, que en 2016 pagaremos 33.490 millones de euros sólo en intereses generados por la deuda pública. Esta cantidad es un 5,6 % inferior a los 35.490 millones que estamos pagando este año, gracias a las mejores condiciones de financiación de los mercados. Sin embargo, sigue siendo un verdadero disparate que perjudica al resto de partidas presupuestarias.

Para que se hagan una idea de lo que hablamos, los intereses de deuda representan la tercera mayor partida de los PGE 2016. Si sumásemos lo destinado a prestaciones por desempleo y políticas activas de empleo (25.034 millones), el presupuesto completo de Sanidad (4.001 millones) y el de Educación (2.483 millones), nos quedaríamos a unos 2.000 millones de diferencia (cifra nada despreciable, por cierto) de los 33.490 millones que se nos van a ir en pagar intereses por la deuda. ¿Lo comparamos también con lo destinado a pensiones? Visto así, está claro que tenemos un problema.

Cuánto podría hacerse si destinásemos todo ese dinero a partidas sociales, ¿no creen? Esta la consecuencia de deberle al resto del mundo más de un billón de euros. Eso sí, si en un ejercicio de altruismo sin precedentes dividimos la partida de intereses entre los 46,4 millones de españoles, por apenas 720 euros por cabeza solucionamos el problema. La deuda pública casi que mejor no la repartimos, no le vaya a dar a alguien un corte de digestión.

En El Blog Salmón | Presupuestos 2016: falta de credibilidad en los ingresos

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