El Banco Central Europeo anunciará mañana al mediodía los resultados de las pruebas de estrés a que fueron sometidas 130 instituciones bancarias europeas de 19 países, que representan el 80% de los activos bancarios en Europa. Esta es la primera vez que el BCE realiza estas pruebas de esfuerzo para medir la capacidad de la banca de enfrentar nuevas turbulencias financieras. Anteriormente se realizaron dos pruebas de estrés de similares características que, sin embargo, no dieron ninguna luz sobre el estado de la banca europea y fueron catalogadas como un fraude. Por ejemplo ninguno de esos test anticipó el descalabro en que se mantenía el Espirito Santo. Por eso que el BCE se juega su prestigio con estas pruebas, y debe dar una respuesta contundente y seria. Aunque no se espera que marque una linea divisoria de ningún tipo.
El ejercicio fue realizado con total discreción desde fines del año pasado y hay gran expectación por sus resultados. Algunos datos se filtraron, por vía verbal, a través de Bloomberg e indican que 25 bancos, de Italia, Grecia, Austria, Bélgica, Chipre y Portugal, se encuentran entre aquellos que han reprobado las pruebas de esfuerzo. Sin embargo, la cantidad de bancos que no supera estos test de estrés, puede aumentar en forma considerable. Recordemos que antes del estallido de la crisis la banca europea era la más apalancada del mundo. A modo de ejemplo, los activos bancarios de Islandia eran 9 veces el PIB del país, mientras que los del Reino Unido eran siete veces y los de Alemania y Francia 5 y 6 respectivamente. Por algo el miedo de la banca británica a la independencia de Escocia.
Las deudas excesivas y malas de Estados Unidos
La crisis de las hipotecas subprime que estalló en 2007 en Estados Unidos con la quiebra de Lehman Brothers, puso en evidencia la exposición de la banca europea a las deudas excesivas y malas de Estados Unidos. No hubo ningún criterio de selección ni tampoco capacidad para verificar la calidad de los activos. Hoy la banca tiene ese fantasma de 70 billones de dólares de derivados financieros que no son más que una bomba de tiempo.
Los bancos europeos siguieron el recetario de Estados Unidos y crearon préstamos sin asegurarse de la solvencia de sus clientes. Esta situación socavó el sistema bancario europeo y los países tuvieron que reaccionar con fuerza para evitar el colapso de toda la economía europea. A seis años del estallido de la crisis y con un entorno deflacionario, alto desempleo y débil crecimiento, la banca vive sus peores momentos. La deflación es un arma letal que posterga las decisiones de consumo y amplifica los niveles de la deuda.
Los bancos que reprueban los test
Los bancos que no superan las pruebas de estrés ejecutadas por el BCE son el austríaco Erste, el alemán Nordbank; los italianos Banco Popolare, Monte dei Paschi di Siena y Banca Popolare de Milano, los griegos Alpha Bank, Piraeus Bank y Eurobank; el portugues Milennium BCP, y el franco-belga Dexia. Todos estos bancos pueden cerrar rápidamente sus puertas de acuerdo a las instrucciones dadas a Bruselas por Estados Unidos, que recomienda cierres bancarios durante la noche para evitar aglomeraciones del público. Desde el estallido de la crisis, Estados Unidos ha cerrado más de 600 bancos.
El cierre "de un día para otro", recuerda el fin del Banco Espirito Santo, que a dos días de desaparacer del mapa financiero europeo, seguía siendo defendido como "una de las instituciones más sólidas de Europa". Esta vez no habrá escapatoria para la banca y el problema es que se necesitan más de 200 mil millones de dólares para socorrer al sistema financiero. Y no hay de donde sacar ese dinero. La Reserva Federal está en retirada y no quiere crearse más problemas; Japón tiene demasiados problemas internos para salir en apoyo de la banca europea, mientras China se ha volcado a apagar los incendios y las burbujas internas. El Banco Central Europeo dispone apenas de 12 mil millones de euros al mes y por tiempo limitado. No alcanza para dar socorro al sistema y muchos bancos seguirán la huella del Espírito Santo.
En El Blog Salmón | Crisis del Espirito Santo es sólo la punta del iceberg