Hemos hablado muchas veces en estas páginas de la importancia del impacto del jefe en el desarrollo de la empresa, del departamento, de la sección o del equipo. Los trabajadores cumplen mal con malos jefes y muy bien con buenos jefes.
Por eso es importante tener buenos jefes y, si eres jefe o si aspiras a ser jefe algún día, mejor ser considerado bueno que malo. Por eso hay que estar atentos a lo que otros piensan que es un buen jefe, no sólo los análisis académicos pero, muy importante, lo que piensan los trabajadores que es un buen jefe. Cualquier consejo nos ayuda a aprender.
Por otra parte el artículo nos dice que el impacto real de los jefes sobre los resultados, tanto el impacto bueno como el malo, está en 15% comparado con el 50% que se les atribuye.
Para mantener la ilusión de control, nos dan cuatro pistas de cómo el jefe puede actuar, que explican en el artículo en referencia, y que son las siguientes:
- Expresa confianza, incluso si no la sientes.
- No vaciles.
- Recibe y da crédito.
- Cúlpate a ti mismo.
Adicionalmente, nos dicen que jefes que pisotean sobre los derechos de sus trabajadores pueden impulsar los resultados en el corto plazo, pero este cortoplacismo suele minar la creatividad, la eficiencia y el compromiso de su gente. Los mejores jefes se enfocan en impulsar el desarrollo y el rendimiento de sus trabajadores y, para eso, nos dan algunas estrategias que los jefes pueden seguir, incluyendo las siguientes:
- Aporta seguridad psicológica.
- Escuda a las personas.
- Hacer pequeños gestos.
¿Vemos nuestros jefes en algunos de estos gestos o se preocupan sólo de impulsar los resultados en el corto plazo?
La conclusión es que el buen jefe saca lo mejor de sus trabajadores y atrae los mejores. Si alguien tiene gente vaga, ineficiente y poco motivada, que primero mire en el espejo para buscar la solución.
Vía | McKinsey Quarterly (en inglés)
En El Blog Salmón | Los jefes no son tan buenos como ellos piensan y Las diez pistas para gestionar y tratar mejor a los trabajadores