Ayer la Comisión Europea nos sorprendió con un estudio sobre los mercados laborales en la UE, donde se indica que España está a la cabeza de Europa en lo que a flexibilidad laboral se refiere. Estamos a un nivel comparable a Reino Unido, Dinamarca o Finlandia.
¿Cómo se mide esta flexibilidad laboral? Principalmente en la rotación de empleo. En España el 30% de los trabajadores cambia de empleo en un año, frente al 22% de la medida de la UE. Además, la media de tiempo para encontrar un trabajo tras perder el anterior es de 6,4 meses, frente a los 8,4 meses de Francia o 12,1 meses de Alemania.
Somos flexibles, ¿no? La realidad es que tenemos un mercado laboral muy dual. Esta flexibilidad que se muestra en el estudio viene por las altas tasas de empleo temporal. Gente que rota mucho de trabajo, rápidamente, y que, en general, cobra poco. En cambio los empleos indefinidos son menos flexibles.
De todas formas esto me lleva a la conclusión que ya comenté por aquí al comienzo de la crisis. El mercado laboral español, aunque es complicado con muchos tipos de contratación, ofrece flexibilidad a las empresas. Sólo así se explica los fuertes incrementos de paro que hemos visto. Las empresas tienen muchas facilidad para prescindir de trabajadores en tiempos de crisis, y así intentar salvarse de la quema.
Lo que está pasando en España, la alta destrucción de empleo, no es culpa de la estructura laboral. Es culpa de un sector de la construcción excesivamente grande y de una estructura empresarial que en general se basaba en créditos que ahora cuesta conseguir. La destrucción de empleo tiene más relación con la destrucción de la industria y la construcción que con un mercado laboral inflexible. Es cierto que un mercado laboral más simple haría las cosas más fáciles, tanto para las empresas como para los trabajadores, pero no empujaría el empleo por si solo.
Vía | El Economista Imagen | Flickr de scui3asteveo