La deuda pública es el dinero que el Estado ha pedido prestado para financiar su gasto e inversión. Cuando hablamos de Estado no nos referimos necesariamente a el gobierno central, sino que puede ser cualquier nivel de gobierno. Ayuntamientos, diputaciones provinciales, comunidades autónomas, etc.
La deuda pública puede tener varias formas, en el caso de España nos encontramos que tenemos Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones del Tesoro. La deuda pública española se puede adquirir desde mil euros, por lo que es una inversión asequible para casi todos los públicos. Se suele considerar una inversión muy segura, y es preferida por personas con perfil de inversión conservador. No obstante la clasificación de la deuda pública española ha caído recientemente.
La deuda pública no toma sólo la forma de bonos o letras del tesoro. Los ayuntamientos no emiten deuda pública (aunque podrían), sino que acuden a las entidades financieras a la hora de obtener financiación de modo similar al que lo haría una empresa. De ahí que sea difícil cuantificar la deuda pública de cualquier país, no es sólo lo que debe una administración, sino lo que deben muchas administraciones distintas.
En ocasiones las administraciones también se endeudan a costa de los proveedores. El ayuntamiento de Ciudad Falsa le encarga un trabajo a Construcciones Manolo & Co. Construcciones Manolo & Co realiza el trabajo, pero el ayuntamiento no le paga y lo deja pendiente. No obstante Construcciones Manolo & Co ha tenido que endeudarse para pagar los sueldos, materiales, IVA, etc. Este tipo de deuda le resulta muy ventajosa a las administraciones públicas porque no tienen que pagar intereses por ella. Al final nos encontramos que los costes financieros los acaba pagando Construcciones Manolo & Co.
Un problema de cuantificar la deuda pública es que determinar lo que se considera deuda pública. Por ejemplo si Renfe pide un préstamo de cinco millones de euros para comprar un par de trenes ¿se considera deuda pública o no? Por un lado se trata de una empresa, por otro lado al ser una empresa pública se podría considerar que esos cinco millones son deuda pública. Quizás en el caso de Renfe pueda estar claro ¿pero qué sucede en una empresa que está participada por el estado en el 60%? ¿Y en una participada al 40%?
Tener algo de deuda pública no es necesariamente malo, por ejemplo un Estado que dependa mucho del turismo estival en la declaración del IVA podría necesitar endeudarse en verano para pagar el extra de servicios públicos que le causara tener a más habitantes de la cuenta sabiendo que lo va a recuperar cuando las empresas le paguen el IVA al principio del otoño. También puede ser que un país se endeude para construir infraestructuras que se van a utilizar durante cierto tiempo, como por ejemplo una vía de tren. En ese caso se puede considerar que no es justo que aquellos que ahora pagan los impuestos tengan que pagar por el coste de la obra. La deuda pública sería una forma de repartir el gasto entre las distintas generaciones. Si esa infraestructura tuviera una tasa de retorno superior a los intereses de la deuda nos encontraríamos con que esos intereses no lastran las cuentas públicas.
Cuando el Estado se endeuda debemos recordar que el dinero que se ha tomado prestado hay que devolverlo y con intereses en un futuro. Algo de lo que no se suele ser consciente por parte de la población. Me viene a la cabeza el caso que me contaron de un pueblo. Había un alcalde que gastaba mucho y derrochaba endeudando al ayuntamiento. Ganó la oposición que mantuvo cuatro años de poco gasto y reducción de deuda. A los cuatro años volvió el alcalde anterior porque el otro “no hacía nada”. No sé si es cierto o no, pero la verdad es que refleja bastante bien la falta de consciencia que suele haber en la población en general sobre la deuda pública.
Más información sobre la deuda pública española | Página principal del Tesoro Público
Bibliografía | Black, John (2002) A dictionary of Economics, Oxford University Press, Oxford
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