Jesús Encinar, fundador de idealista.com, ha escrito una polémica entrada en su blog en la que acusa al sector público de crear paro allí donde intenta hacer de empresario, y para ello pone un ejemplo personal (como un Parador hundió el hotel de sus padres) y algunos otros, como la desaparición de gimnasios en Ávila.
La pregunta es, ¿está en lo cierto Jesús Encinar y el sector público crea paro allí donde va o es una crítica exagerada? Personalmente creo que tiene razón, pero con algunos matices que me gustaría exponer. No todo lo que hace el sector público es crear paro, también redistribuye riqueza.
Tiene razón Jesús Encinar que allá donde se mete el sector público es muy difícil hacer negocio, porque normalmente los precios son muy competitivos, la calidad es alta y por supuesto el servicio es deficitario (es decir, lo que nos cobran no cubre gastos, y estos se cubren ya sea por impuestos o por déficit de los Ayuntamientos/Comunidades/Estado). Y por tanto allí donde se mete el sector público es muy difícil competir.
Ahora bien, hay cosas en las que es necesario que el sector público se meta a empresario para redistribuir la riqueza. Un par de ejemplos son la educación y la medicina. Si no hubiera una oferta pública económica (que sea gratuita para todo el mundo es otro debate) posiblemente habría mucha gente que se encontraría en exclusión social. Cualquier persona debe tener acceso a educación y medicina independientemente de sus ingresos. En estos sectores se da la circunstancia de que además hay buenas oportunidades para el sector privado, básicamente porque son servicios muy costosos y ni siquiera el Estado es capaz de ofrecer buena calidad a precio reducido.
Otro sector donde el Estado debe meterse a empresario es en el del transporte público. Es cierto que existen empresas privadas que se dedican a transportar viajeros (básicamente autobús y avión), pero otros sectores serían muy deficitarios (metro, tranvía, tren) si no estuviera la mano del Estado, al menos creando la infraestructura. Lo contrario quizá generara oportunidades de negocio para empresas, pero nuestra calidad de vida sería mucho peor.
Encinar pone también el ejemplo de las residencias, pero es que sin residencias públicas habría mucha gente en condición de exclusión social. Si hay un clamor popular para que sean públicas es porque hay una diferencia considerable entre lo que cuestan y la pensiones en España.
Pero sí estoy de acuerdo con Encinar en que el sector público se mete en sitios donde no le corresponde y luego no sabe salir de ellos. Los Ayuntamientos son grandes expertos, sobretodo con la oferta deportiva y cultural. El problema es que los ayuntamientos suelen tener la manía de apropiarse de competencias que nadie les ha pedido que asuma, y ahora vienen los problemas.
Por tanto, básicamente estoy de acuerdo con Encinar, pero hay temas como salud, educación, transporte y seguridad en que prefiero que haya oferta pública para redistribuir la riqueza. Podríamos debatir de si se hace bien o no, pero desde luego el objetivo del Estado no es favorecer la creación de empresas (es necesario, por supuesto, pero es un medio, no un fin), el objetivo es que haya riqueza y además esté bien repartida.
Vía | Jesús Encinar
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Imagen | Oneras