He recibido varios mensajes cariñosos a raíz de mi último post, (supongo que por católicos de buen corazón y con mucho amor por entregar) en el que se me tacha entre otras lindezas, de hijo de mala madre y mujer que cobra por sexo con padre desconocido. Dejando aparte chistes, sí ha habido un correo que me ha llamado la atención en el que nos emplaza en este blog a denunciar el fraude fiscal de autónomos, el que hacen todos los “progres” en renta y cómo los liberales nos llevamos la pasta sin pagar impuestos, Y eso mismo vamos a hacer en este post, denunciar algunos casos flagrantes de posible fraude fiscal en las gentes de buen corazón.
Dado que los correos anteriores han hecho mella en mi alma liberal pecadora, os voy a confesar que de mayor quiero ser mileurista como el Cardenal Rouco Varela o como alguno de los múltiples ministros de la Iglesia. Según las palabras del arzobispo de Madrid, su sueldo asciende a 1.160 euros. Pues bien, aquí o Rouco Varela omite deliberadamente parte de su salario, o está omitiendo partidas muy cuantiosas que deben tributar en el IRPF, porque faltan retribuciones en especie. Os explico cómo funciona todo esto:
Actualmente, muchos miembros de la Iglesia católica, tienen a su disposición vivienda cedida por la Conferencia Episcopal o por la diócesis en la que presten su ministerio, desde el mismísimo Rouco Varela a todos los Obispos. Esto no es ninguna novedad, dado que también el Presidente del Gobierno, el Rey, presidentes autonómicos y ministros, gozan de “vivienda pagada por la empresa”. Pero el caso es que cara a Hacienda, se supone que todos los ciudadanos somos iguales, y claro, la Ley del IRPF considera que las viviendas cedidas tributan en especie en la declaración de la renta a razón del 5% ó 10% del valor catastral de cada inmueble.
Pues ya que hablamos de fraude, sería muy interesante comprobar las tributaciones en especie en el IRPF del mileurista Rouco Varela y sus obispos que viven en los palacios episcopales, la tributación de los moradores de Moncloa, dígase por ejemplo Rajoy y su familia, la tributación de la Familia Real y el uso y disfrute de El Pardo o la tributación que tienen algunos ministros que usan viviendas oficiales por seguridad. Sobre seguridad de estos altos cargos y viviendas oficiales, perfecto, no lo vamos a discutir, pero el IRPF no entiende de diferencias por rango político, eclesiástico o militar en el puesto de trabajo.
Y en esta misma tesitura, nos encontramos con los vehículos oficiales o de empresa puestos a disposición de sus usuarios, en los que en todos los casos existen imputaciones en especie en el IRPF, tanto por el propio vehículo, como por los consumos que dicho desplazamiento puede crear. Si en las empresas que no gozamos de la protección divina o electoral, nos vemos obligados a tributar por los rendimientos en especie de viviendas o vehículos, que tributen todos estos “presuntos defraudadores” primero.
Es muy fácil declararse mileurista con casa pagada, viajes y vehículo a cargo de empresa, mesa puesta cada día, seguridad personal y una VISA para que no haya problemas para llegar a final de mes. Y lo mejor de todo, que esa empresa, sea opaca en los impuestos que paga. Ya lo dijo Jesús hace casi 2.000 años “A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César”, que muchos ministros de Dios, se les está olvidando por completo el tributo del César.
En El Blog Salmón | Chicos del Partido Popular: católico y liberal no caben en la misma frase
Imagen | JMJ 2011