Ante la caida de ventas y el bloqueo que tiene el mercado inmobiliario, la confederación nacional de constructoras ha solicitado al Gobierno una línea de ayudas directas a la compra de viviendas al estilo que se ha realizado con el Plan 2000E del automóvil.
Dentro de estas peticiones, se solicita: * Dinero contante y sonante para los compradores, que retorne a los propios vendedores. * Mejoras en el tratamiento de la fiscalidad de las operaciones de compra venta, tanto con un IVA reducido como con una reducción de las tasas e impuestos que recaen sobre estas operaciones. Es curioso cómo todos los sectores en crisis pasan por la ventanilla de papá Estado, realizando antes estas peticiones que plantearse siquiera bajar los precios. Espero que el Ejecutivo siquiera escuche estas solicitudes descabelladas de ayudas porque no se puede ayudar a ningún sector en la magnitud que se está pidiendo. Para el caso de las constructoras, hubiera sido interesante una cuantificación económica de las ayudas solicitadas, porque siguiendo con la analogía del plan de ayuda al automóvil, 1.000 euros por vivienda es una ayuda de una cuantía despreciable frente al valor de venta de una vivienda.
Supongamos que esta ayuda que solicitan fuese de 10.000 euros; si se pretende dar salida a todo el stock de viviendas vacías, cifradas en más de un millón de unidades, el Estado tendría que colocar encima de la mesa 10.000 millones de euros, cifra impensable para cualquier estado en la situación en la que nos encontramos.
Por contra, los promotores y constructores, como primeros propietarios de estas viviendas, si pueden bajar realmente el precio en esos 10.000 euros y mucho más. Pero claro, es preferible mantener márgenes elevados a costa de subvenciones antes que disminuir ese beneficio o incluso vender a pérdida.
El sector debe comprender que las dos premisas que han sustentado la burbuja se han caido por si solas: * No todo lo edificado se vende; antes se vendía el 100% de las promociones. * La vivienda si baja de precio y va a seguir bajando mucho. Estos puntos el sector no los quiere comprender ahora que los tiempos de vino y rosas han pasado a mejor vida, pero si no lo entienden por las buenas, lo tendrán que comprender por las malas, a base de ejecuciones hipotecarias, embargos y daciones en pago.
Vía | Cinco Días En El Blog Salmón | ¿Rentabilidad segura en las inversiones en vivienda? Imagen | Mermadon