En el club deportivo seguirá cada aficionado teniendo un voto igual al reto. En la sociedad anónima participada por el club también habrá accionistas y en dicha sociedad cuantas más acciones tengas más votos te corresponden.
El legislador portugués limitó el porcentaje máximo del capital de la sociedad anónima deportiva en manos del club deportivo hasta un máximo del 40%. Pero los clubes han salvado esa limitación mediante la constitución de sociedades financieras. Por ejemplo, el Sporting de Lisboa creo una sociedad anónima deportiva donde el club poseía el 21,4% de las acciones. A su vez creó una sociedad tenedora de acciones donde el club era el accionista mayoritario, con un 80%, y dicha sociedad posee el 50% de la SAD. Por lo que el club controlaba realmente el 71,4% del capital de la SAD a través de participaciones directas e indirectas.
Al asegurarse el control de la sociedad por parte del club deportivo, se desincentiva la aparición de inversores que adquieran acciones para controlar la sociedad ya que nunca podrán tener la mayoría.
Esto explica el escaso free-float (capital negociado libremente en bolsa) de los equipos portugueses. Pero eso no impide que los tres principales equipos (Sporting, Benfica y Oporto) coticen en bolsa y entren dentro del índice Stoxx de los 27 principales equipos de fútbol en bolsa. Además, su incorporación al mercado de valores ha supuesto la introducción de criterios empresariales en la transparencia de la información financiera. Algo tan necesario en los equipos españoles.
Además la estructura accionarial donde una parte minoritaria cotiza libremente en bolsa mientras la mayoría está en manos de una organización de mutualidad donde un miembro corresponde a un voto no es exclusiva del fútbol portugués. Pro ejemplo entidades financieras como Credit Agricole tiene la misma.