El déficit de la Seguridad Social está desbocado y prueba de ello es que el Fondo de Reserva se está agotando. No sólo el Estado tiene que recurrir a él para pagar las pagas extras, sino que por primera vez ha habido que usarlo para pagar el IRPF de las pensiones. Las cuentas no cuadran y muchos se plantean si el sistema de la Seguridad Social es sostenible en el futuro.
Lo cierto es que la jubilación del baby boom, la reducción de la natalidad a partir de los años 80 y el paro estructural de nuestro país son un gran problema para los sistemas de pensiones de reparto, como es el nuestro. ¿Tiene solución?
Sistemas de reparto y sistemas de capitalización
Pero, ¿qué es un sistema de reparto? Básicamente es un sistema de pensiones en el que los cotizantes de ahora pagan con sus contribuciones a los pensionistas de ahora, y con dicho pago generan un derecho para que cuando se jubilen tengan una pensión (pagada con las contribuciones del momento).
Muchas veces se dice que el sistema de reparto de la Seguridad Social es un sistema piramidal, ya que requiere que haya un aumento constante de la población para que sea sostenible. Es decir, tiene que haber un número de trabajadores determinado por cada pensionista, y este ratio baja mucho no se puede sostener.
Por contra existen sistemas de capitalización, en el que las cotizaciones a la Seguridad Social se depositan en una cuenta personal, de la que se podrá disponer en el futuro cuando el trabajador se jubile. Este sistema no requiere de un crecimiento de la población constante, ya que las cuentas son individuales. Pero no están exentas de problemas, pues los depositarios pueden quebrar, las inversiones ir mal, y un largo etcétera.
La mayoría de los sistemas de pensiones públicos son de reparto, con la notable excepción de Chile, pero que no es completa puesto que las fuerzas armadas tienen un sistema de reparto. Y en Suecia tienen un sistema mixto, con una pequeña parte de la pensión basada en reparto y una mayor capitalizada. Aún así existe un "salvavidas", una pensión no contributiva mínima.
A pesar de los déficits de algunos sistemas de pensiones de reparto, no suelen fallar. Pero ahora mismo estamos ante un problema nuevo: la reducción de la población unido a una mayor esperanza de vida.
Sostenibilidad del sistema de Seguridad Social español de reparto
¿Cómo se puede hacer sostenible el sistema de reparto español? Pasar a un sistema contributivo es una tarea peligrosa: la base personas que se están jubilando aumenta rápidamente y si cortamos de golpe las cotizaciones actuales (porque pasen a contribuir a un sistema individual de capitalización) la crisis sería muy grande.
Lo lógico sería reformar las pensiones para eliminar el déficit de una vez por todas. ¿Cómo se puede hacer eso? Precisamente poniendo como base que el sistema no puede tener déficit en el largo plazo.
Si el sistema de pensiones no puede tener déficit la pensión no dependerá tanto de lo contribuido sino del dinero que haya cada año. De hecho esta reforma ya se ha hecho en la Seguridad Social, solo que han puesto una cota mínima a la variación de las pensiones año a año con un mínimo del 0,25%, que en el largo plazo hará que se pierda valor adquisitivo pero que ahora mismo, con el IPC en negativo, solo añade más leña al fuego.
Reformas
Las reformas que deberían tener la Seguridad Social para seguir teniendo un sistema de reparto sostenible son las siguientes:
- Mantener la financiación de las pensiones no contributivas fuera de la financiación de cotizaciones. Esta reforma se hizo en 2013 y tiene mucho sentido pues cualquier ciudadano que no tenga renta suficiente la puede cobrar y no debería estar financiada por las cotizaciones.
- Reformar las pensiones de viudedad, es algo del pasado (la mujer no trabajaba) y hoy en día debería estar integrado en las pensiones no contributivas o rentas de inserción.
- Que la cuantía de la pensión dependa exclusivamente de lo cotizado en toda la vida laboral, los ingresos del sistema y la esperanza de vida. Esto, además, debería ser compatible con la extensión voluntaria de la edad de jubilación: cuando más tarde se jubile uno, más habrá cotizado y menor esperanza de vida tendrá, y por tanto tendrá derecho a recibir más porción de la tarta a repartir.
Se podría plantear desligar más lo cotizado de lo recibido (tal y como está haciendo el Gobierno subiendo la base máxima de cotización a la par que congela la pensión máxima) pero esto acabará en unas décadas dejando sin sentido el sistema contributivo y convertirá todas las pensiones en de subsistencia. Esto ya difiere bastante de un sistema de reparto.
También se propone muchas veces que las pensiones se financien con impuestos, aparte de las contribuciones. Esto, para mi, tiene un problema y es que al final todo el mundo acabará por reclamar una pensión contributiva, ya que todo el mundo paga impuestos. Si hacemos esto mejor desmontar el sistema de contribuciones y pasar a una pensión subsistencial no contributiva directamente.
Y por último, se podría plantear en el medio-largo plazo pasar a un sistema como el sueco, donde hay un mix de reparto y de capitalización, para hacer más sostenible al sistema sin tener los grandes shocks por variaciones de la natalidad. Porque estas reformas que propongo, ojo, traen la sostenibilidad, pero también una tasa de sustitución mucho menor (es decir, que los jubilados del futuro vean reducido mucho su sueldo respecto al que cobraban antes de jubilarse).