El sudeste de Valencia intenta recuperar poco a poco la normalidad tras el paso de la desastrosa DANA que el pasado 29 de octubre asoló municipios enteros y tres pedanías del extrarradio de la ciudad. Las consecuencias en términos humanos y económicos han sido desastrosos.
220 fallecidos, otras tantas personas desaparecidas y millones de euros en pérdidas. Según BBVA Research, en más de 40 municipios la caída del consumo durante las dos primeras semanas fue superior al 80%. Y en términos del PIB de España, los efectos de la Depresión Aislada en Niveles Altos se acercan a los causados por el huracán Katrina en 2005 en Estados Unidos, que alcanzaron los 125.000 millones de dólares de entonces, casi un 1,0% del PIB estadounidense de aquel año.
Y no es para menos. Hay 65 municipios afectados donde trabajan cada día 54.289 empresas -o lo que es lo mismo, una de cada tres empresas de la provincia de Valencia-, 123 parques empresariales y polígonos industriales, y donde viven más de 354.000 trabajadores (el 33,5 % del total). De estos municipios, en al menos 32 localidades los daños causados son severos o muy grandes.
Apenas unas horas después de este trágico suceso, tanto la Generalitat Valenciana como el Gobierno de España activaron una batería de medidas económicas urgentes. Eso sí, el dinero más de un mes después sigue sin llegar a los ciudadanos. Muchos negocios permanecen cerrados y miles de trabajadores en ERTE con los primeros despidos que amenazan de gravedad la economía valenciana.
Entre estas medidas, el ejecutivo de Pedro Sánchez ha autorizado a los afectados a rescatar anticipadamente hasta 10.800 euros de sus planes de pensiones para cubrir necesidades urgentes. Sin embargo, esta medida, aunque bien intencionada, conlleva implicaciones fiscales que podrían reducir considerablemente el beneficio neto para los partícipes.
Implicaciones fiscales de un rescate anticipado
Como es lógico, los planes de pensiones en España disfrutan de ventajas fiscales durante la fase de acumulación, ya que las aportaciones reducen la base imponible del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, es decir el RPF. No obstante, al rescatar los fondos, las cantidades percibidas se consideran rendimientos del trabajo y tributan en el IRPF según la escala progresiva vigente.
La escala general del IRPF para 2024 es la siguiente:
- Hasta 12.450 euros: 19%
- De 12.451 a 20.200 euros: 24%
- De 20.201 a 35.200 euros: 30%
- De 35.201 a 60.000 euros: 37%
- Más de 60.000 euros: 45%
Por ejemplo, un contribuyente con un salario anual de 30.000 euros que rescate 10.800 euros de su plan de pensiones verá incrementada su base imponible a 40.800 euros. Esto implica que parte del rescate tributará a un tipo marginal más alto, aumentando la carga fiscal total.
El rescate en forma de capital (pago único) puede resultar en una tributación más elevada debido al incremento de la base imponible en un solo ejercicio fiscal. Aunque existe una reducción del 40% aplicable a aportaciones realizadas antes del 1 de enero de 2007, esta ventaja solo es aplicable en casos específicos y bajo ciertas condiciones.
Además, el rescate anticipado puede afectar a otras deducciones o beneficios fiscales, como la deducción por vivienda habitual o las ayudas familiares, al modificar los límites de renta establecidos para su aplicación.
Entonces, ¿qué deben hacer los afectados?
Antes de proceder al rescate anticipado, es fundamental que los afectados evalúen otras fuentes de financiación que puedan resultar más ventajosas fiscalmente. Por ejemplo, las ayudas directas ofrecidas por el Gobierno, préstamos con condiciones favorables o subvenciones específicas para afectados por catástrofes naturales.
Si el rescate del plan de pensiones es la única opción viable, es recomendable planificar cuidadosamente el momento y la forma de rescate. Optar por rescates en forma de renta (pagos periódicos) en lugar de un pago único puede ayudar a distribuir la carga fiscal a lo largo de varios años, evitando saltos a tramos impositivos más altos.
La DANA, que ha causado daños estimados en esta provincia de 21.819 millones de euros según la Cámara de Comercio de Valencia, y afectando a miles de hogares y negocios ha desplegado una ingente cantidad de recursos para la recuperación, incluyendo ayudas directas y medidas fiscales para aliviar la carga sobre los afectados. Aunque de momento siguen sobre el papel. La posibilidad de rescatar planes de pensiones es una medida controvertida debido a sus implicaciones fiscales.
Llegados a este punto, es preciso que los afectados por la DANA busquen asesoramiento financiero y fiscal antes de tomar decisiones sobre el rescate de sus planes de pensiones. Evaluar todas las opciones disponibles y comprender las consecuencias fiscales es esencial para minimizar el impacto en su situación financiera y que sea una solución sostenible a largo plazo.
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