La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) vive uno de sus momentos más difíciles de los últimos años. En su batalla por frenar la inflación, la organización que preside Jerome Powell ha tomado una medida de gran impacto, elevar los tipos de interés otros 0,25 puntos porcentuales.
La crisis financiera que vive el país ante la caída del Silicon Valley Bank, Signature Bank y Silvergate en solo 48 horas, no ha frenado la toma de decisiones y corona un año de subidas en los tipos.
Momentos de incertidumbre
El panorama que se registra, marcado por la incertidumbre y la siembra de dudas, no ayuda en estos momentos a un sistema económico que se ha visto tocado en los últimos días.
La Reserva Federal podría haber optado por detener la subida de los tipos de interés, sin embargo esta decisión podría haber complicado más la situación y es que el objetivo es demostrar que la situación bancaria está controlada, el fuerte compromiso frente a la inflación hasta rebajarla a una tasa del 2% y alcanzar el máximo nivel de empleo.
La subida llevada a cabo por la Fed en el precio del dinero, que lo sitúa ya entre el 4,75% y el 5%, niveles que no se veía desde el año 2007, puede agravar las tensiones dentro del sistema financiero estadounidense. No obstante, podría haber sido mucho más complicado y es que, los analistas del Bank of America situaron el precio del dinero en Estados Unidos en una franja entre el 5,25% y el 5,5%.
La Reserva Federal ya aumentó los tipos en marzo de 2022 por vez primera, en 0,25 puntos, desde 2018 y posteriormente en mayo hicieron otra subida de 0,5 puntos tras la que llegaron cuatro nuevas subidas de 0,75 puntos en los meses de junio, julio, septiembre y noviembre. En el mes de febrero se produjo otra subida de unos 0,25 puntos, un hecho que hizo que el precio del dinero se situara ya oscilando entre el 4,5% y el 4,75%.
Desde marzo de 2022 el Banco Central de Estados Unidos viene realizando subidas considerables, situándose ahora en un incremento total de las tasas de referencia de 475 puntos básicos. Desde la Fed se insiste en que esta subida del precio del dinero puede ser apropiada para lograr así niveles restrictivos que consigan que la inflación regrese al ansiado 2%.
Con este hecho, las voces desde la Fed no se han hecho de rogar y ya han tratado de tranquilizar a la población mediante un comunicado en el que afirma que “el sistema bancario estadounidense es sólido y resistente".
Además advierten que "es probable que los recientes acontecimientos den lugar a un endurecimiento de las condiciones crediticias para los hogares y las empresas y afecten a la actividad económica, la contratación y la inflación. Pero el alcance de estos efectos es incierto”.
Los principales responsables económicos, Janet Yellen, Secretario del Tesoro, y Jerome Powell, han tratado de hacer llegar un mensaje de calma asegurando que la situación que atraviesa el país no desembocará en una crisis financiera.
Tal es así que desde la Fed, se ha comunicado que se pondrá a disposición de los bancos estadounidenses los fondos adicionales para garantizar que éstos tengan capacidad de satisfacer las necesidades de todos sus clientes.
El IPC y el PCE
En vistas generales, la Fed ha seguido en línea con la política económica que venía desarrollando en los últimos meses, y es que ya en el pasado mes de febrero los tipos de interés se elevaron en 25 puntos.
La subida de precios en Estados Unidos parecía entonces controlada, y es que el índice de precios al consumo (IPC) se había situado en el 6% en su tasa interanual, lo que suponía cuatro decimas menos que en enero, un dato que representaba la tasa más baja desde septiembre de 2021. Por su parte, en relación con la tasa interanual subyacente, ésta se vio reducida en febrero, pasando del 5,6% de enero al 5,5%, siendo también la más baja desde diciembre de 2021.
No obstante, el índice de precios de gasto de consumo personal de Estados Unidos (PCE) con la que la Fed evalúa los índices de la inflación, si presentó una subida de una décima respecto al mes de enero, situándose la tasa general en un 5,4% y la subyacente en un 4,7%.
Según las estimaciones de cara al futuro, parece que la inflación continuará subiendo. Todo apunta a que se situará en un 3,6%, un dato que supone una décima más de lo que estaba previsto.
Para 2024 se prevé una moderación, colocándose en un 2,6% y para 2025 se alcanzará la ansiada cifra del 2%. En relación al PIB, la Fed confía en la desaceleración y vaticina un crecimiento del 0,4% y en cuanto al tema laboral, se prevé una tasa de desempleo del 4,5%.